El mercado de Biblias antiguas está caliente. Pero si usted no tiene el dinero para comprar una primera edición de la versión King James, usted todavÃa puede poner sus manos en una que tiene el museo Christian Heritage, donde el dueño invita a los visitantes a tocar y comprar algunas de las 20,000 piezas de su colección.
Gene S. Albert hijo no vende su apreciado ejemplar de la primera edición de la Bibla King James, impresa en 1611, que reposa en un librero con control climático.
Pero el señor Albert, que ha estado coleccionando durante 25 años, tiene otras rarezas para la venta en www.christianheritagemuseum.com. Ellos incluyen una página de la Biblia Gutenberg de 1454, a un precio de 20,000 dólares; una segunda edición de la Biblia India de John Eliot Algonquin de 1685, la primera Biblia impresa en América, por 175,000 dólares; y dos notas para sermones escritas a mano por el evangelista inglés del siglo XIX Charles H. Spurgeon, a subasta entre 595 dólares a 275 dólares cada uno.
La colección y la exposición de tales piezas es la pasión de Albert, de 54 años, un constructor de casa graduado del Seminario Teológico de Liberty University, una escuela bautista de Lynchburg, Virginia, fundada por el reverendo Jerry Falwell.
Dándole la bienvenida a un visitante de su museo, abierto al público previa cita, Albert tomó la primera edición de King James y animó a su invitado a tocar ligeramente sus amarillentas páginas, sus ornamentadas letras y decoraciones todavÃa claramente legibles después de 395 años. El papel se sintió rÃgido y un poco áspero, como trapos de algodón, de los que fue hecha.
Algunos podrÃan pensar que el dueño de tan peculiar libro, fácilmente valorado en 100,000 dólares, se negarÃa a que fuese manipulado por extraños. No el Sr. Albert.
“Creemos que éstos fueron hechos y destinados para ser vistos, y por eso los sacamos al gran público”, dijo.
Liana Lupas, curadora de la colección de Escrituras de la Sociedad BÃblica Americana, en Nueva York, comparte el deseo de Albert de conceder a invitados experiencias cercanas con volúmenes históricos como las tres Biblias King James primera edición que posee la Sociedad.
“Quiero que mis libros sean vistos y apreciados”, dijo la señora Lupas. Pero “si usted deja a todo el mundo a hacerlo a su gusto, van a ser dañados”.
De modo que, dijo Lupas, los eruditos son los únicos invitados a los que se les permite tocar las raras piezas de la colección de la Sociedad, de 55,000 Biblias, fragmentos de Biblias y documentos relacionados. “Hay cierto delicado equilibrio que usted debe de alguna manera conseguir”, dijo.
En el mercado, el balance favorece a los vendedores. Lupas dijo que el valor asegurado de la colección de la Sociedad BÃblica Americana se ha cuadruplicado durante los 12 pasados años. Robert Hodgson, decano del Instituto Nida, perteneciente a la Sociedad, dijo que la colección está valorada en más de 12 millones de dólares.
Hodgson explicó que las Biblias raras son consideradas buenas inversiones, debido a su valor histórico y delicadeza. “Todo las ataca, el calor, la humedad u los insectos”, dijo. “Las Biblias raras son una especie en peligro”.
La demanda ha crecido con la Internet, dijo David C. Lachman, un anticuario distribuidor de libros de Filadelfia que se especializa en trabajos teológicos y Biblias. “Este tipo de libros se encarecieron cuando la gente vio que estaban disponibles”, dijo. “Mucha gente habÃa imaginado que los libros de esta clase sólo podrÃan encontrarse en los museos, sin saber que hay muchas copias que pueden ser compradas y vendidas.”
Lachman dijo que la demanda es en particular fuerte para las Biblias Indias anteriores a 1800, como la Biblia Eliot en lenguaje fonético, inventada por misioneros, y para páginas individuales, u hojas, de Biblias antiguas.
“La gente que no puede permitirse una Biblia entera piensa que es interesante tener una hoja para enmarcar y colgar en una pared”, dijo Lachman.
Hodgson dijo que algunos distribuidores poco escrupulosos destruyen deliberadamente Biblias antiguas porque pueden sacar más dinero vendiendo las hojas que el libro.
Pero Albert, cuyas ofertas de Biblias en su Sitio Web se elevan, dijo que las páginas provienen de volúmenes fragmentados o dañados que son a veces incluidos en grandes lotes de viejos libros que él compra en subastas. [Difundido por AP. Traducción y edición: Jorge Julio Gonzalez]
Fuente: NoticiaCristiana.com