Un estudio británico llevado a cabo en el University College de Londres ha demostrado que hacen falta 66 días (día más, día menos) para que se cree un hábito y pueda mantenerse durante años. Eso significa que si durante ese número de días “repites algo cada día en la misma situación, se convierte en una reacción automática ante dicha situación” , explica Jane Wardle, coautora del estudio que se publicaba en la revista European Journal of Social Psychology. A partir de ese momento el hábito adquiere cierto automatismo, y no hace falta un acto de voluntad para realizarlo, ni tan siquiera pensar en ello intencionadamente, para poder repetir dicho comportamiento. Con solo 28 días, como se pensaba hasta ahora, las neuronas no asimilan en su mecanismo de automatismos funcionales lo suficiente un determinado comportamiento y es fácil abandonarlo, aclaran los autores. DISTINTAS VARIACIONES Los sujetos del experimento probaron como es lógico buenos hábitos, lo que es válido tanto para hábitos saludables relacionados con la alimentación como con la rutina de practicar ejercicio a diario , por ejemplo 15 minutos de carrera antes de la cena. Por término medio, los hábitos relacionados con el ejercicio físico tardaban más en adquirirse de manera firme que, por ejemplo, incorporar la costumbre de comer una pieza de fruta cada día.
Month: October 2012
El caso de Amanda Todd y las redes sociales
Todo empieza con una imagen, un dato íntimo, una clave entregada a un desconocido al otro lado de la línea. Así comenzó el infierno de Amanda Todd, la joven canadiense de 15 años que se suicidó hace una semana tras haber colgado un mes antes un vídeo en Internet en el que contaba su tragedia escrita en pequeñas cartulinas. “Nunca podré recuperar esa foto. Está ahí para siempre”. Es una de las frases de Todd. Se refería a esa primera foto —captura de un vídeo grabado por webcam— con el torso desnudo que su acosador anónimo utilizó para amedrentarla y de la que no pudo huir pese a los sucesivos cambios de colegio. Tras su muerte surgen los interrogantes. ¿Se podía haber evitado lo sucedido? ¿Qué ha fallado? ¿Cuáles son las medidas que hay que tomar para que no ocurran estos casos?
Canadá está conmocionada. El suicidio de la joven ha generado un debate nacional en el país sobre el uso apropiado de Internet. La cuestión ha llegado incluso al Parlamento. La primera ministra de la provincia de la Columbia Británica —donde residía Todd—, Christy Clark, que a principios de año ya anunció un plan de acción contra el bullying, emitió su propio mensaje de condolencia y sugirió la necesidad de nuevas leyes para luchar de forma efectiva contra el acoso cibernético. “Creo que deberíamos tener una conversación nacional sobre si debemos criminalizar o no el ciberbulliying”, dijo Clark en una entrevista en el diario Vancouver Sun. “Hacer eso sería lo correcto porque dejaría claro el mensaje de dónde nos situamos como sociedad ante ese problema”, finalizó. En España surgió una discusión parecida con la difusión —sin consentimiento de la protagonista— de un vídeo de una concejal. El caso era muy distinto al de Todd —una niña— pero culminó con el anuncio del ministro Alberto Ruiz-Gallardón de la inclusión de un nuevo delito en el Código Penal para castigar la “divulgación no autorizada de imágenes o grabaciones íntimas, incluso si se han obtenido con consentimiento de la víctima”.
El caso de Todd no solo es dramático por su desenlace, sino por todo el sufrimiento que relata la joven en YouTube y que fue provocado por todas las clases de persecución y humillación online —y offline— que pueden darse. Era solo una niña de 12 años cuando un extraño le pidió que le mostrara los pechos. Durante los tres siguientes tuvo que soportar las amenazas (cumplidas) de su acosador, las burlas y agresiones de sus compañeros de clase y la humillación pública en Internet, incluso de desconocidos.
El acosador de la joven canadiense, según lo contado por ella, responde al perfil genérico que describen los expertos. “La mayoría tiende a actuar de la misma manera”, explica Guillermo Cánovas, presidente de Protégeles, asociación sin ánimo de lucro contra la pornografía infantil. “Primero se ganan la confianza del menor, le piden información sobre sus gustos, sus inquietudes, para después identificarse con él”. Pero estas conversaciones inocentes son, en ocasiones, una estrategia para conducir las conversaciones al terreno sexual. “Les preguntan si se masturban o si ven fotos de desnudos”, continúa. Esta situación es la que tiene que poner alerta a los jóvenes de que están siendo víctimas de grooming (acoso sexual a menores por Internet). La recomendación es simple: aunque la persona al otro lado insista, nunca compartir imágenes eróticas (práctica conocida como sexting), ni datos íntimos ni secretos.
Cánovas cree que, como primera medida de prevención, los padres deberían colocar la cámara del ordenador en una zona común de la casa para intentar evitar que los jóvenes accedan a quitarse la ropa ante desconocidos. “No hay que compartir fotos que no estés dispuesto a que sean vistas el resto de tu vida, por tu pareja, tus padres o tus futuros hijos”, apunta Cánovas. Pero si el menor traspasa esa línea roja puede degenerar, como le ocurrió a Todd, en sextorsión —cuando un adulto amenaza a un menor con la revelación del material íntimo para obtener más sexo: fotos, vídeos e incluso en persona—. “No hay que ceder a este chantaje”, dice el decálogo de actuación de www.quenoteladen.es, línea de ayuda para menores creada por el Centro de Seguridad en Internet adscrita al Safer Internet Program de la Comisión Europea.
Amanda Todd no cedió cuando, un año después de que se desnudara frente a su webcam, el desconocido comenzó a acosarla por Facebook. La joven siguió muchas de las recomendaciones que dan las organizaciones contra este tipo de delitos. Sus padres y la policía conocían su situación. ¿Qué falló entonces? La experiencia contrastada por los expertos dice que normalmente un depredador sexual ceja en su empeño cuando el menor no sucumbe pese a las presiones. Pero la tortura de Todd continuó porque la amenaza se cumplió. Una noche, la policía llamó a la puerta de su casa a las cuatro de la madrugada: las imágenes de la pequeña estaban ya en los ordenadores de sus profesores, amigos y familiares. Sufrió entonces un calvario de bullying dentro y fuera de la Red, por parte de su acosador y de sus compañeros de clase, que continuaba aunque cambiara de colegio. No lo pudo soportar. “Me insultaban y me juzgaban”, dice en el vídeo de casi nueve minutos. “Perdí todos mis amigos y el respeto de la gente”.
El de Todd es en cualquier caso un caso extremo. “No hay que caer en la paranoia”, advierte Cánovas. “Estos fenómenos son minoritarios. Según las estadísticas, la mayoría de jóvenes que utilizan Internet no ha sufrido nunca acoso”, añade. Jorge Flores, responsable de PantallasAmigas, web que promueve el uso responsable de las nuevas tecnologías, y Cánovas coinciden en considerar claves la educación y la relación de confianza entre padres e hijos para evitar o solucionar situaciones de riesgo. Esto ayudará a que, si surgen problemas, el menor y sus progenitores sepan cómo actuar para minimizar los daños, pero también para localizar al acosador.
“Guarda todas las pruebas, capturas de pantallas y denuncia”, es otro de los consejos básicos. “A veces los menores piensan que es imposible identificar al malo, pero lo es”, recalca Cánovas. María Rosa Diez, asesora de los cuerpos de seguridad del Estado en materia de ciberdelincuencia, coincide. “Normalmente se les encuentra”, afirma. El proceso, explica la experta, es complicado y, a veces, largo. “Es como ir tirando de un hilo. Hay que pedir la dirección IP (etiqueta numérica que identifica a un elemento de comunicación) a las empresas proveedoras de los servicios [Facebook, Tuenti, YouTube]. Y esto lo tiene que autorizar un juez cada vez que lo haces”. Estos pasos se tienen que hacer lo más rápido posible. “En el caso de Amanda Todd lamentablemente no llegaron a tiempo”, señala Díez. Según la madre de la joven, Carol Todd, “la policía investigó e investigó y llegó a rastrear a alguien hasta Estados Unidos”. “Pero nunca le encontraron”, explicó al diario Vancouver Sun. “Esa gente es muy buena cubriendo sus rastros”.
La muerte de la joven ha reabierto el debate sobre la vulnerabilidad de los menores en Internet. Su legado: tres años de acoso y depresión contados en un vídeo, que se mantiene en Internet por petición expresa de la madre —“mi hija así lo habría querido”, asegura—, y una presentación que colgó en prezi.com para evitar que su infierno se repita.
Siete de cada diez adolescentes están conectados a la red más de dos horas al día
Aunque el estudio fue realizado en Epaña, definitivamente contiene datos importantes que se pueden tomar como referencia para otros países. Les dejo la noticia: Siete de cada diez adolescentes se conectan cerca de dos horas diarias a internet, principalmente para escuchar música y conversar con amigos, una práctica -navegar por la red- en la que se inician los menores entre los seis y los nueve años. Según un estudio de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC), al que ha tenido acceso Efe y realizado con encuestas a más de 5.000 estudiantes de entre 12 a 17 años de centros educativos públicos y privados, cuatro de cada diez jóvenes reconoce haber aceptado invitaciones virtuales de desconocidos, sobre todo chicos. Los jóvenes se conectan todos los días cerca de dos horas, aunque durante el fin de semana aumenta la media del tiempo hasta las tres horas. Relegan a un segundo término la búsqueda de información para los trabajos escolares, que es el principal motivo por el que los padres compran un ordenador personal a sus hijos. El informe, destaca que un 90 por ciento de los encuestados tiene al menos un perfil en alguna red social, y cuatro de cada diez adolescentes reconocen que les costaría mucho o les molestaría dejar de conectarse a su red social todos los días; una afición que se agudiza sensiblemente más entre ellas que entre ellos. Tuenti es la red más frecuentada, ya que un 70 por ciento cuenta con un perfil en esta marca; seguido de Facebook, con 6 de cada diez adolescentes suscritos, y de Twitter, con un 30 por ciento de los encuestados. La gran mayoría de los estudiantes de la ESO -el 70 por ciento- utiliza las redes para chatear con amigos que conocen físicamente y la mitad también las emplea para ver vídeos o fotos de amigos. El estudio, realizado durante los últimos tres años por un grupo de profesores de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la URJC, dirigido por el decano Antonio García Jiménez, también analiza los riesgos que afrontan en internet. Un 40 por ciento reconoce que ha aceptado las invitaciones virtuales de desconocidos para unirse a su perfil y, de este porcentaje, 3 de cada 10 aseguran que aceptan a todo el mundo. Esta aceptación indiscriminada se produce en mayor medida entre los mayores de 15 a 17, entre los hombres (ellas se muestran más prudentes) y entre los alumnos de los centros de titularidad pública. Los jóvenes aseguran que conocen los riesgos de posible manipulación que conlleva colgar vídeos y fotos en las redes sociales y, por esta razón, la mitad no realiza esta acción y, de la otra mitad, un 20 por ciento lo hace con algún tipo de protección o medida de seguridad. No obstante, el 20 por ciento reconoce que ha visto aparecer en su pantalla páginas sobre contenidos sexuales y, en menor medida, webs que hacen apología de la violencia, del consumo de drogas y a la práctica del botellón. Otro de los riesgos analizados es la suplantación de la identidad, que han sufrido casi un 17 por ciento de los menores. De hecho, una cuarta parte de los menores admite que ha cometido actos arriesgados al haber facilitado datos personales a desconocidos a través de la red, siendo más frecuente entre los de mayor edad. En cualquier caso, la mitad de los menores declaran sentirse confiados cuando navegan por internet e, incluso, un 17 por ciento no se había planteado nunca cuestiones de seguridad cuando está frente a la pantalla. La red, sin embargo, no es inocua. Puede llegar a ser peligrosa. En casos extremos, incluso, letal. En Canadá, por ejemplo, los ciudadanos siguen conmocionados por el suicidio de Amanda Todd, una adolescente de 15 años que antes de quitarse la vida subió a Youtube un vídeo denunciando el ciberbullying del que había sido víctima después que un hombre lograra que le mostrara los pechos por internet y difundiera la imagen en la red. El estudio analiza el control impuesto a los adolescentes, que en el hogar lo realizan principalmente las madres; un 16 por ciento están agregadas al perfil social de sus hijos, frente al 12,7 por ciento de los padres. No obstante, en la mayoría de los casos la vigilancia se limita a mirar y preguntar a sus hijos qué están haciendo cuando navegan o a restringir el tiempo de uso y sólo una minoría utilizan filtros de acceso. Fuente: laVanguardia.com
Científicos: Diga ‘no’ al sexo antes de la boda para ser feliz
El retraso de la intimidad permite a los enamorados llegar a conocerse a nivel emocional. Si desea que sus relaciones sentimentales se mantengan vivas durante mucho tiempo, sería mejor que se abstuviera de la actividad sexual hasta contraer matrimonio, lo que aumentará la intensidad de la pasión de forma gradual.
Esta recomendación ha sido divulgada por investigadores estadounidenses de la Universidad de Cornell de la ciudad de Nueva York que llevaron a cabo un estudio, el único de su tipo, en el que participaron en total 600 parejas. En el marco de su investigación los científicos han descubierto que las parejas que no se apresuran a tener relaciones sexuales a la larga resultan ser mucho más felices que aquellas que en las primeras citas deciden ‘coger al toro por los cuernos’.
sí, las mujeres que retrasaron la primera relación sexual en 6 meses como poco, se mostraron mucho más felices que las que no esperaron ni un mes. En caso de los hombres, se observó una tendencia similar, aunque su estado de ánimo no reflejó tanta diferencia como en el caso de las mujeres.
¿A qué se debe?
Como señalan los investigadores, el retraso de la intimidad permite a los enamorados llegar a conocerse a nivel emocional, a comprender la forma en que son compatibles. “El cortejo es un período de ‘inteligencia’ y toma de decisiones acerca de las relaciones, cuando las dos personas evalúan su compatibilidad, asumen ciertas obligaciones, y establecen la intimidad emocional y física”, sostienen los expertos. “Sin embargo, el rápido arranque de las relaciones sexuales interrumpe el proceso, casi obligando a ambas partes a convivir en lugar de permitirles que decidan por su cuenta si deben hacerlo o no”.
Haciendo hincapié en la importancia de no tener prisa en el asunto, los expertos advierten: “A menudo un buen sexo se confunde con el amor, por lo que algunas parejas terminan revisando los aspectos problemáticos de su relación, que en su última instancia tienen mucha más importancia”.
Fuente: actualidad.rt.com
Los jóvenes se inician en el consumo de alcohol a los 13.7 años, un año antes de lo que creen sus padres
Aunque la noticia está relacionada con la juventud española, que no está muy lejos de la realidad de la juventud de los demás países en general. Durante la celebración del IX Foro de Debate Social de la Fundación Pfizer dedicado a la «Juventud y Alcohol, una cuestión de todos», se han dado a conocer datos que ponen de manifiesto que los españoles se inician cada vez antes en el consumo de bebidas alcohólica. Concretamente, el doctor Juan Álvarez, patrono de la Fundación Pfizer, resaltaba que «actualmente los jóvenes se inician a los 13,7 años de edad media, lo que supone más de un año antes de lo que sus padres creen». Añadía Miguel Casas, catedrático de Psiquiatría de la Universidad Autónoma de Barcelona y Jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital Universitari Vall d’Hebron de Barcelona, «que cuando beben, no lo hacen con el objetivo de emborracharse, sino para sentirse más desinhibidos y con mayor facilidad para relacionarse con su amigos y más concretamente en la búsqueda de pareja». Sin embargo, destacó ante un grupo de periodistas que resulta alarmante que los padres no informen a sus hijos de todos los peligros físicos y psíquicos que conlleva el consumo de bebidas alcohólicas. «Es imprescindible una mayor información-formación tanto para las familias como para los profesores de las escuelas, así como una mejora de los programas preventivos o más control y represión del consumo no autorizado, de muy difícil implementación y que, por desgracia, han mostrado pobres resultados». La mejor medida preventiva, la educación En la misma línea, Pedro Núñez Morgades, patrono de la Fundación Pfizer, apuntó que es para lograr que el consumo sea responsable, los mayores de edad deben consumir de manera moderada, y tener una tolerancia cero ante el consumo de los menores, porque puede perjudicar a su desarrollo. «La mejor medida preventiva es la educación; en este sentido es necesario lograr una intercomunicación mucho mayor entre escuela y padres para coordinar los mensajes hacia nuestros hijos». Alrededor del 70% de los jóvenes españoles entre los 12 y los 18 años reconoce haber probado el alcohol en alguna ocasión; más de un tercio lo consume al menos una vez al mes y más del 10% una vez a la semana. Entre los 16 y los 18 años, más del 50% se ha emborrachado al menos una vez. El elevado consumo de bebidas alcohólicas por los adolescentes se atribuye habitualmente a factores como la fácil disponibilidad para la obtención de bebidas, la presencia de una «personalidad predispuesta» o «viciosa», la pérdida de valores morales a nivel socio-familiar, la incapacidad formativa y preventiva de la escuela, etc. Sin embargo, Javier Quiroga, jefe de la Unidad de Comunicaciones del SAMUR, quiso hacer una llamada a la tranquilidad puesto que de los jóvenes que consumen alcohol, entre un 10 y un 14% desarrollan un proceso de abuso y dependencia. «Es decir que más del 80% no tiene dependencia alguna. Es más —matizó— durante 2011 realizamos 5.000 intervenciones por intoxicación etílica, y en el 45% de los casos se acabó en el hospita. Estos datos, en una ciudad como Madrid con cinco millones de habitantes y en la que se sale los fines de semana y, en ocasiones, entre semana, nos da a enterder que la situación no es alarmente, aunque el problema existe y es real». A pesar de que la mayoría de los jóvenes afirma estar suficientemente informado sobre los efectos y problemas asociados al consumo de alcohol, sólo uno de cada cuatro se propone dejar de beber o al menos reducir su consumo. Entre un 20 y un 30% de los adolescentes sigue admitiendo algunos mitos favorables al alcohol como que beber sólo los fines de semana no produce daños en el organismo, que sólo es malo para la salud si se consume durante muchos años seguidos o que «no es tan malo como dicen». Otro dato significativo es que más de la mitad de los progenitores que tienen hijos consumidores de alcohol les permiten beber. Respecto a la frecuencia con que hablan en casa sobre el alcohol y sus efectos, más de la mitad de los jóvenes encuestados confirma un escaso o nulo contacto con sus padres para hablar de este tema. Para Enrique Baca, patrono de la Fundación Pfizer y catedrático de Psiquiatría, resulta llamativo que «un 25% de los jóvenes comienza a beber en su casa, al ver que los padres también lo hacen». Fuente: ABC.es
La depresión, cada vez más común y poco tratada
La depresión, la enfermedad mental más común, afecta a unas 350 millones de personas en el mundo y a pesar de los tratamientos efectivos muchos pacientes nunca son tratados ni diagnosticados. Ése es el mensaje que muchos expertos en todo el mundo están lanzando en el Día Mundial de la Salud Mental. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 75% de las personas que sufren la enfermedad vive en los países en desarrollo. Pero debido al estigma y desconocimiento que todavía existen sobre la depresión, muchos no reconocen que están enfermos. "Es una enfermedad cada vez más común en todo el mundo, con una tendencia cada vez mayor de ser un alta prioridad de salud pública, más que las enfermedades cardiovasculares o neurológicas", le dice a BBC Mundo el doctor Roger Montenegro, miembro del consejo de dirección de la Fundación Mundial para la Salud Mental (WFMH, por sus siglas en inglés). "La depresión es una problemática que ya vemos todos los días, en hospitales, en nuestras propias familias", dice el también presidente de la Fundación Contener en Argentina, una organización de defensa de derechos de las personas que sufren trastornos mentales. Pero a pesar de ser tan común, dice el experto, mucha gente todavía no puede reconocer la enfermedad cuando la sufre y por lo tanto no busca ayuda para aliviarla. Tristeza "sostenida" La depresión, explica el experto, no son las fluctuaciones del estado de ánimo que todos podemos sentir en determinado momento. La depresión genera un estado sostenido de tristeza o falta de esperanza que puede durar dos semanas o más e interfiere con la capacidad de funcionar en nuestra vida diaria. "Hay que diferenciar la tristeza de la depresión", dice Montenegro. "La tristeza es parte de la vida, pero hay un nivel de tristeza que a pasa a preocupaciones somáticas o inhibición en el comportamiento psicosocial. La depresión produce una desconcentración y desinterés por la vida, trastornos de sueño, disminución de la libido". Estos son los síntomas de las formas leves y moderadas de la depresión, pero en sus formas más severas puede poner en riesgo la vida del que la sufre. "En sus formas más profundas la enfermedad va acompañada de otros síntomas y allí comienza a instalarse la idea de que la vida no tiene sentido y que la muerte puede ser un alivio", explica el psiquiatra. En los casos más graves la depresión puede llevar al suicidio: un millón de personas se suicidan cada año en el mundo, según la OMS. En América Latina y el Caribe la cifra es de 63.000. "Sabemos -dice Montenegro- que 75% de las personas que se suicidan han comunicado, un mes antes de suicidarse, a un familiar o conocido que tienen deseos de morir o matarse, 60% ha comunicado ese deseo en los dos meses previos al acto y 50% en los tres meses antes de cometerlo". "Y esto ocurre porque estas personas no fueron tratadas adecuadamente", agrega. Fuente: BBCMundo.com
Albert Einstein y la Biblia
Nueva York, 3 de octubre. Una carta escrita a mano por el físico Albert Einstein un año antes de su muerte, en la que expresa sus puntos de vista sobre la religión, saldrá a la venta este mes en eBay con una oferta inicial de 3 millones de dólares, dijo una agencia de subastas.
Conocida como Carta sobre Dios, la correspondencia ofrece percepciones sobre los pensamientos de una de las mentes más brillantes del mundo acerca de la religión, de Dios y del tribalismo .
“Esta carta, en mi opinión, tiene una relevancia histórica y cultural, ya que refleja los pensamientos personales y privados del hombre más inteligente del siglo XX”, dijo Eric Gazin, presidente de Auction Cause, la agencia de subastas con sede en Los Ángeles, que se encargará de la venta en eBay.
“La carta fue escrita al final de su vida, que fue de aprendizaje”, agregó. Einstein la escribió en alemán, el 3 de enero de 1954, en la Universidad de Princeton, después de leer Escoger la vida: la llamada bíblica a la rebelión, del filósofo Erik Gutkind, a quien estaba dirigida.
“La palabra Dios para mí no es nada más que la expresión y producto de la debilidad humana; la Biblia, una colección de honorables, pero aun así leyendas primitivas que, sin embargo, son muy infantiles. Ninguna interpretación, por sutil que sea, puede (para mí) cambiarlo”, escribió el científico nacido en Alemania, que en 1921 recibió el Premio Nobel de Física.
El vendedor anónimo de la carta, que será subastada con su sobre original, sello y matasellos, la compró a Bloomsbury Auctions en Londres, en 2008, por 404 mil dólares. Desde entonces ha estado guardada en una cámara de temperatura controlada en una institución pública.
Aunque la oferta inicial de la subasta de eBay sea de tres millones de dólares, Gazin, quien manejó subastas de alto perfil anteriores, dijo que espera poder doblar o triplicar la suma en la venta que se efectuará entre el 8 y el 18 de octubre en www.einsteinletter.com.
Fuente: La Jornada
Afecta a niños uso de la tv como fondo ambiental
Chicago, 1º de octubre. Los niños en Estados Unidos son expuestos a la "televisión de fondo" en sus hogares cuatro horas en promedio, en especial los menores de dos años, lo que representa un grave riesgo para su funcionamiento cognitivo e integración social. El estudio Televisión de fondo en las casas de los niños estadunidenses, que se publica esta semana en la revista Pediatrics, determina la omnipresencia de ese aparato funcionando, en particular cuando nadie la está viendo y el daño que puede causar a los menores. Un grupo de investigadores, coordinado por Matthew A. Lapierre, de la Universidad Wilmington, en Carolina del Norte, analizó la exposición de mil 454 niños a la televisión como fondo ambiental en un día típico. Los especialistas encontraron que los niños de entre ocho meses y ocho años están mayormente expuestos a esa forma de funcionamiento de la televisión, en un promedio de casi cuatro horas al día, cifra que se eleva a seis horas en el caso de los menores de familias más pobres. Fuente: La Jornada