La iglesia católica y las guerrillas de México

La participación de la Iglesia católica en los movimientos armados en México no es inusual. Desde Miguel Hidalgo y José María Morelos en el Siglo XIX, hasta quienes sirvieron como correos e intermediarios de las guerrillas rurales de Genaro Vázquez Rojas y Lucio Cabañas en los 60 y 70, y el obispo de San Cristóbal de las Casas, Samuel Ruiz, que en los 90 apoyó al EZLN con dinero mientras los dominicos articulaban las redes de insurrección y las monjas compraban las armas para los zapatistas en San Francisco, California, que introducían a través de las redes religiosas a México. La opción de los sacerdotes católicos por la lucha armada como camino para el cambio en México nunca se detuvo, como en Guerrero, donde desde hace una década dos sacerdotes son parte central de los intentos insurreccionales en aquél estado.

Desde hace años, los aparatos de seguridad del Estado mexicano siguen los pasos de los sacerdotes Mario Reynaldo Campos Hernández y Hugo Melitón Santillán Cantú, cuyo expediente también es del conocimiento de la Nunciatura Apostólica, que es el equivalente a una embajada de El Vaticano. Los dos trabajan en Tlapa, en la región de La Montaña, que es el punto de encuentro de los actores que se levantaron en contra del Estado mexicano desde octubre pasado al iniciar una guerra sofisticada donde el vehículo para el cambio no son las armas, sino las conciencias. Atrás quedó la retórica de “la lucha contra el Estado burgués”, una proclama desgastada que polariza, y dio paso al reclamo de justicia por la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, que es una causa incluyente, aglutinadora, legal y legítima.

Los dos sacerdotes han sido vigilados permanentemente desde hace casi 15 años, pero nunca se ha interferido con sus actividades. Campos Hernández se volvió miembro del Centro de Derechos Humanos de la Montaña “Tlachinollan”, en donde se encuentran los abogados de los familiares de los normalistas desaparecidos, que es uno de los vectores por donde cruzan las fuerzas insurreccionales en Guerrero, en 1994, y desde 2000, fue identificado en los expedientes gubernamentales como un promotor y reclutador de cuadros para el EPR y su escisión ERPI en el municipio de Malinaltepec. Santillán Cantú tomó la opción guerrillera en 1996, al declararse a favor del EZLN, y fue vinculándose a los movimientos armados en su estado, y en particular con el comandante Emilio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias-Liberación del Pueblo, desprendida también del EPR.

A principio de junio de 2013, los dos encabezaron una reunión en el municipio Xalpatláhuac, también en La Montaña, donde expusieron sus planes para armar un nuevo movimiento armado al margen del ERPI, que hasta antes del crimen de los normalistas de Ayotzinapa era la guerrilla dominante en Guerrero, por diferencias tácticas con el comandante eperrista, Beto, y los líderes de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero, los hermanos Bruno y Cirino Plácido Valerio. Los sacerdotes fueron promotores y respaldaron la creación de las policías comunitarias, que se encuentran enfrentadas con los hermanos Plácido Valerio, quienes las consideran “grupos paramilitares”.

Los vasos comunicantes entre todos ellos han sido extensos a lo largo de los años, y de acuerdo con funcionarios guerrerenses, las diferencias siempre son menos grandes y profundas de lo que parecen. Esto explica, por ejemplo, que las alianzas entre esos grupos y los sacerdotes se alteren con regularidad, porque al final buscan el mismo objetivo: que no haya presencias exógenas en esa región –por ejemplo, todos se oponen a las mineras y a los proyectos ecológicos–, y que mejoren las condiciones de vida de los guerrerenses.

En noviembre de 2013, por ejemplo, Santillán Cantú urgió a los pobladores de Malinaltepec a organizarse en contra de las mineras. Un año antes en Tlapa, Campos Hernández afirmó ante sus fieles: “Los pueblos indígenas deben seguir exigiendo sus derechos porque se quiere engañar a los pueblos dándoles espejitos a cambio de que se establezcan los proyectos mineros, lo que únicamente traerá muerte para el ser humano”.

La pastoral social es persuasiva. Santillán Cantú, inclusive, ha pedido a los sacerdotes a preocuparse por los problemas políticos, sociales, culturales e ideológicos, y no únicamente a los religiosos. En Guerrero siete de cada 10 habitantes no pueden cubrir sus necesidades básicas de alimentación –el 20 por ciento de los niños sufre desnutrición–, vivienda y educación. Pero en la región de La Montaña, 65.3 por ciento sufre pobreza alimentaria, 71.8 por ciento no tiene los recursos para acceder a servicios de salud y educación, y 84.8 por ciento no posee patrimonio propio. Es una zona sin futuro. El 40 por ciento de su población son analfabetas, pero 85 por ciento de los mayores de 15 años, ni siquiera terminó la primaria.

Con una población condenada a la miseria, la voz de los sacerdotes, que a la perspectiva espiritual se le suma la demanda material, es poderosa. Campos Hernández y Santillán Cantú no tienen imputaciones que busquen lucro o bienes materiales en sus expedientes. Están en la lógica de la opción por los pobres y del cambio, y confluyen con los grupos insurreccionales tras décadas de abandono institucional. Puede criticarse su método para el cambio, pero no el objetivo. La insurrección en Guerrero sí tiene un origen real: la marginación, que no se ve cómo resolverla. Esta parte de la ecuación nadie puede olvidarla. Ni el Estado mexicano, ni El Vaticano.

Fuente: http://www.elfinanciero.com.mx/opinion/sacerdotes-guerrilleros.html

La iglesia católica y las guerrillas de México

De la preservación del Texto Recibido y del Texto Masorético

Muchos piensan que la controversia entre la crítica textual y los defensores del Texto Recibido y Masorético se dio únicamente en el siglo XIX, luego que exponentes críticos como Lachmann tambien conocido como “el padre de la crítica textual moderna”, Tischendorf y Tregelles pusieran en duda la veracidad histórica del texto griego-hebreo utilizado en las Biblias de la Reforma. El punto culminante de esta crítica textual, como sabemos, fue El Nuevo Testamento en el griego original de 1881 realizado por los ingleses Westcott y Hort a partir principalmente de los Códices Sinaítico y Vaticano (entre otros manuscritos secundarios de la familia alejandrina).

Pero el famoso teólogo puritano inglés, John Owen, ya tuvo que enfrentarse de forma temprana a esta controversia en el siglo XVII. Owen nació en 1616 y murió en 1683. Durante su vida produjo grandes obras de teología reformada acerca de la salvación y la vida de santidad del creyente tales como: “La mortificación del pecado“, “Vida por su muerte“, “La gloria de Cristo” etc. Lo que pocos saben es que Owen también escribió ampliamente sobre bibliología. Como catedrático de la universidad de Oxford (llegó a ser vice-rector en 1652) estaba familiarizado con las lenguas bíblicas y la transmisión del texto divino. Owen escribió un libro convencido en la creencia de la providencia de Dios en la preservación de las copias de los originales de la Biblia a través de los siglos; este libro se llamó: La Pureza e Integridad del Texto Hebreo y Griego de las Escrituras.

Owen, como otros puritanos, creía que Dios preservó copias autoritativas de los originales a través de la historia, y que estas fueron utilizadas por Su iglesia de manera constante, siendo copiadas una y otra vez para la difusión del mensaje de salvación. Pero la crítica textual asume una postura contraria a la providencia de Dios en la preservación del texto. Ellos creen que el texto bíblico fue corrompido a lo largo de la historia y que el cristianismo tuvo que manejarse con copias defectuosas o adulteradas a través del tiempo. Por eso el trabajo principal de la crítica textual es (como ellos suponen) reconstruir el texto más cercano al original. Si bien la finalidad parece noble (hallar la exactitud del texto original) los métodos empleados se basan en meras presuposiciones o teorías y en gran parte en ideas racionalistas.

Owen pone gran énfasis en su libro acerca de que Dios preservó las copias de su Palabra (provenientes de los originales) a través del tiempo de manera constante. Por supuesto esta copias no eran perfectas, pero la gran cantidad de manuscritos conservados a través del tiempo permitieron un “texto mayoritario“ en el cual la Palabra de Dios ha sido preservada.

Owen conocía las tempranas voces que se levantaban para desacreditar el texto bíblico de la Reforma (nos referimos al Texto Recibido griego y al Texto Masorético hebreo). Por eso escribió esta profusa obra acerca de la preservación del texto bíblico. Pero justo antes de terminar su obra aparece el apéndice de La Biblia Políglota de Londres (1654-1657) compilada por el obispo anglicano Chester Brian Walton (junto a un numeroso equipo de colaboradores ). Si bien Owen reconoce el esfuerzo académico en producir esta obra que recoge diferentes lecturas bíblicas de varios idiomas (en total nueve: hebreo, caldeo, samaritano, siríaco, árabe, persa, etíope, griego y latín) advierte en ella un intento por poner en duda la base textual de la Reforma. En lo que se refiere al texto griego, la Políglota de Londres incorpora en su 5to volúmen del Nuevo Testamento notas de comparación a pie de página con el Códice Alejandrino (A) y, en volúmenes posteriores, incorpora otras notas a partir de una colección de otros manuscritos minoritarios para mostrar sus diferencias con respecto al Textus Receptus. El intento era claro: ir hacia un abandono de base textual de la Reforma. Así que Owen se vio asediado en este aspecto por dos frentes, uno proveniente de la iglesia protestante que estaba siendo seducida por principios racionalistas de un temprano criticismo textual, y otro por la iglesia católico romana que siempre quizo desacreditar la “Biblia de los protestantes” para poner dudas sobre el movimiento de la Reforma.

Obra relacionada

También destacamos una obra que considera este libro particular de John Owen. Este libro es: “Traducciones al inglés de la Biblia: ¿Por qué un estándar?” escrito por William O. Einwechter, el cual habla de la siguiente manera:

El contexto más amplio para entender el libro de Owen es el intento de la Iglesia Romana por socavar (debilitar) y desacreditar la doctrina protestante de la Sola Scriptura, señalando las variantes existentes en los manuscritos griegos como prueba de que el Griego NT (el TR) era demasiado corrupto para ser considerado autoritativo. El propósito de los papistas era derribar toda fiabilidad en los escritos originales del Griego y Hebreo, de modo que ellos pudieran restablecer la autoridad de su iglesia y de la Vulgata Latina para así hacer descarrilar la Reforma; sus medios elegidos para llevar acabo este nefasto fin era la disciplina de la crítica textual. La respuesta de Owen hacia la Políglota de Walton, el Anglicanismo , el amargo adversario de los puritanos y el ataque Romano sobre la Sola Scriptura (un ataque que el labor de Walton apoya implícitamente), es muy relevante para el ataque a la autoridad de La Escritura que está implícito en los métodos y resultados de la práctica moderna de la Ilustración de la crítica textual.”

Fuente: http://sociedadbiblicatrinitaria.org/web/john-owen-acerca-del-texto-recibido-y-masoretico/

Descargar el libro de John Owen: http://historiayverdad.org/the-integrity-and-purity-of-the-hebrew-and-greek-text-of-the-scriptures-john-owen.pdf

De la preservación del Texto Recibido y del Texto Masorético

MÉXICO: Nuevos hechos de persecución religiosa de Católicos en contra de Evangélicos el 07/05/2016 en Teopisca, Chiapas

En el Barrio san Jose de Teopisca, Chiapas, continúan las agresiones a Evangélicos.

Por la falta de capacidad de negociación de las autoridades que intervinieron ante la denuncia que el pasado 2 de Abril hicieron algunos afectados en donde los representantes del Barrio de San José en la Ciudad de Teopisca, Chiapas cortaron el servicio de agua de cinco viviendas y en una de ellas también cortaron el servicio de drenaje, la situacion se complica estableciendo responsabilidades a los mismos funcionarios que tuvieron en sus manos la solución y se limitaron a decir que “se soluciona si cooperan para la fiesta católica del barrio”.

En esa ocasión aproximadamente otras 80 familias también evangélicas, fueron obligadas a cooperar para que no les cortaran el servicio debido a que adicionalmente a la cooperación, tendrían una multa de 4,000 pesos adicionales.

El día de hoy 7 de Mayo, los representantes del Barrio tuvieron reunión y motivados por tres lideres, decidieron salir a cortar el agua a más familias siendo aproximadamente 15 más; manifiestan el enojo porque los primeros afectados denunciaron los hechos y solicitaron la intervención de las autoridades municipales y estatales, sin embargo para los afectados les dejó un mal sabor de boca la presencia de los funcionarios “nos dijeron que el problema se solucionará pagando la cooperación religiosa y nosotros queremos que respeten nuestro derecho a no ser obligados, también nos dijeron que no denunciemos y que no busquemos apoyo en ningún otro lado, eso no debe de hacerlo ninguna autoridad”, manifestaron los representantes de los Evangélicos afectados.

Señalaron que llegarán a las últimas consecuencias si las autoridades no garantizan su derecho.

Estas agresiones de Persecución Religiosa al interior de la Ciudad de Teopisca, afectan a miembros de aproximadamente 10 Asociaciones Religiosas distintas y la respuesta de los funcionarios ha sido una constante en muchos casos en los que los Evangélicos son agredidos. Dentro de los afectados está una familia con un menor de edad que requiere atención especial, alguien debe de asumir los riesgos y responsabilidades en ello. Coordinación Organizaciones Cristianas-Luis Herrera.–

http://orgcristiana.blogspot.com/2016/05/en-el-barrio-san-jose-de-teopisca.html

MÉXICO: Nuevos hechos de persecución religiosa de Católicos en contra de Evangélicos el 07/05/2016 en Teopisca, Chiapas

Una breve reseña de los jesuitas con pruebas que la soportan, del peligro de su reavivamiento alrededor del mundo (2)

UNA

BREVE CUENTA

El reavivamiento de la Orden de los Jesuitas por el actual Papa, después de que hubiera sido totalmente abolida por un su predecesor (Clemente XIV.), en las fervientes súplicas, téngase presente, no de protestantes, sino incluso de Reyes Católicos, como absolutamente incompatible con la existencia de la sociedad civil, parece ser un evento sin importancia ordinaria, y no puedo sino sentir una considerable sorpresa por la apatía y la indiferencia que se manifiesta en el asunto por los Estados de Europa en general, y por este país en particular. En un período en que se nos informa que una mayor luz y liberalidad prevalecen en el mundo que fueron alguna vez encontrados en él, -cuando se nos asegura que si bien el credo del catolicismo es inmodificado e inmutable, sin embargo, su práctica está totalmente alterado, y que no tenemos nada que temer de la conducta de sus profesores, ya sea dentro o fuera del poder, precisamente en este período es que nos encontramos una orden con prácticas nefastas atravesando toda Europa, y en contra de cuya existencia continuada protestó toda Europa, restablecida por el actual jefe de la Iglesia Romanista, y está entrando con todo su característico espíritu en el desempeño de sus diversas funciones. El objeto que me propongo a mí mismo, es mostrar que uno de los temas más importantes para los que este país tiene derecho de buscar la protección de su Parlamento como el guardián natural de sus libertades religiosas y políticas, tal vez no hay ninguno que se destaque más prominente, que está embarazada con mayor peligro para esta nación, o pide remedios más rápidos en la parte de su Legislatura, que el reavivamiento de la Orden de los jesuitas. Tengo la intención de dar un resumen de la historia de esta Orden, para proporcionar algunas evidencias históricas en apoyo de su exactitud, y para hacer algunas observaciones sobre el conjunto.

El plan original que el fundador de la Orden (Ignacio de Loyola) formó de su constitución y leyes, fue sugerido, como él lo dio, y como sus seguidores todavía enseñan, por la inmediata inspiración del Cielo. Pero a pesar de esta elevada pretensión, su designio reunió en primer lugar una violenta oposición. El Papa Pablo III, a quien Loyola aplicó para la sanción de su autoridad para confirmar la institución, refirió su petición a una comisión de cardenales. Que representan el establecimiento que no es necesario, así como peligroso, y Pablo se negó a conceder su aprobación a la misma. Por fin Loyola eliminó todos sus escrúpulos por una oferta que era imposible de resistir para cualquier Papa. Propuso que, además de los tres votos de pobreza, castidad y obediencia monástica, que son comunes a todas las ordenes regulares, los miembros de su sociedad deben tomar un cuarto voto de obediencia incondicional al Papa, obligándose a ir a donde quiera que él los envíe para el servicio de la religión, y sin necesidad de ninguna cosa de la Santa Sede para su apoyo. En un momento en que la autoridad papal había recibido un shock por la revuelta de tantas naciones de la Iglesia Romanista; en un momento en que cada parte del sistema papista fue atacado con mucha violencia y éxito, la adquisición de un cuerpo de hombres, particularmente devotos a la Sede de Roma, y quienes podría poner oposición a todos sus enemigos, era un asunto de la más alta importancia. Pablo instantáneamente percibir esto, confirmó la institución de los jesuitas por su bula en 1540 – concedió los más amplios privilegios a los miembros de la Sociedad, y nombró a Loyola a ser el primer general de la Orden. El evento justificó plenamente su discernimiento, al esperar tales consecuencias beneficiosas a la Sede de Roma de esta institución en menos de medio siglo, la Sociedad obtuvo establecimientos en todos los países que se adhirieron a la Iglesia Católica Romana; su poder y su riqueza aumentaron sorprendentemente; el nombre de sus miembros llegó a ser grande; su carácter, así como los logros eran todavía mayores; y los jesuitas fueron celebrados por los amigos y temidos por los enemigos de la fe romana, como la orden más capaz y emprendedora en la iglesia.

La constitución y las leyes de la sociedad fueron perfeccionados por Lainez y Acuaviva, los dos generales que sucedieron a Loyola; hombres muy superiores a su maestro en capacidades y en la ciencia de gobierno. Se enmarcan ese sistema de política e ingenio profundo que distingue a la orden, mientras que la gran infusión de ardor y entusiasmo religioso, que son mezclados con su regulación, se debe importar a Loyola, su fundador. A Laínez, en particular, se le atribuye la Monita Secreta, o las instrucciones secretas de la orden, que no se hicieron públicas hasta alrededor del final del siglo 17, y una edición en el latín original, con una traducción al Inglés en el apposite página, se dedican a Sir Robert Walpole en 1722. Estas instrucciones secretas son ahora difíciles de procurar, y de ninguna manera son suficientemente conocidas.

Muchas circunstancias ocurrieron en dar una peculiaridad de carácter a la orden de los jesuitas, y en la formación de sus miembros no sólo en tomar gran parte en los asuntos del mundo como ningún otro cuerpo de monjes, pero para adquirir influencia superior en la conducta de ellos.

El objeto principal de casi toda orden monástica es separar a los hombres del mundo, y de cualquier preocupación de sus asuntos. En la soledad y el silencio del claustro, el monje está llamado a trabajar por su propia salvación por actos extraordinarios de mortificación y piedad. Él está muerto para el mundo, y no debe mezclarse en sus transacciones. Él no puede ser de ningún beneficio para la humanidad, sino por su ejemplo y oraciones. Por el contrario, a los jesuitas se les enseña a considerarse como formados por acción. Son elegidos soldados, sujetos a esforzarse continuamente ante los ojos de Dios, y del Papa, su vicario en la tierra. Cualquiera de ellos tiende a instruir a los ignorantes, cualquier cosa que pueda ser de utilidad para reclamar u oponerse a los enemigos de la Santa Sede, es su objeto propio. Para que puedan tener tiempo completo libre para este servicio activo, ellos están totalmente exentos de esas funciones que son el principal negocio de otros monjes. No aparecen en ninguna procesión; en su la práctica no hay austeridades rigurosas; no consumen la mitad de su tiempo en la repetición de tediosos oficios; pero están obligados a asistir a todas las transacciones del mundo a causa de la influencia que éstas pueden tener en el éxito de la religión católica; ellos son dirigidos a estudiar la disposición de las personas de alto rango, y a cultivar su amistad; y por la propia Constitución, así como el genio de la orden, un espíritu de acción e intriga se infunde en todos sus miembros.

A medida que el objeto de la Compañía de Jesús fue diferente del de las otras órdenes monásticas, no hubo una menor diversidad en la forma de su gobierno. Las otras órdenes han de ser consideradas como asociaciones voluntarias, en el que todo lo que afecta a todo el cuerpo es regulado por el sufragio común de todos sus miembros. El poder ejecutivo es ejercido por las personas puestas a la cabeza de cada convento, o de toda la sociedad; la autoridad legislativa reside en la comunidad. Asuntos del momento en relación a los conventos particulares son determinados en los capítulos conventuales; tales como el respeto de todo el orden considerado en las congregaciones generales. Pero Loyola conociendo el valor de la obediencia implícita, ordenó que el gobierno hacia su orden debe ser peculiarmente monárquico. Un general elegido de por vida por diputados de las distintas provincias, poseyendo un poder que era supremo e independiente, que se extiende a todas las personas y para todos los casos. Él, por su sola autoridad, nomina provinciales, rectores, y todos los demás oficiales empleados en el gobierno de la sociedad, y podría eliminarlos a su antojo. En él fue concedida la administración soberana de los ingresos y los fondos de la orden. Cada miembro perteneciente a ella está a su disposición; y por su mandato incontrolable, el podría imponerles cualquier tarea, o emplearlos en lo que pidiere servicio a su antojo. A sus órdenes estaban obligados a producir no sólo la obediencia externa, sino a abandonarle a él las inclinaciones de su propia voluntad, y los sentimientos de su propio entendimiento. Fueron a escuchar sus requerimientos, como si hubieran sido pronunciadas por Cristo mismo. Bajo su dirección ellos son sólo instrumentos pasivos, como la arcilla en manos del alfarero, o más máquinas incapaces de resistencia.

(1) http://masnobles.net/2016/01/una-breve-resena-de-los-jesuitas-con-pruebas-que-la-soportan-del-peligro-de-su-reavivamiento-alrededor-del-mundo/

Una breve reseña de los jesuitas con pruebas que la soportan, del peligro de su reavivamiento alrededor del mundo (2)

Roma y la Biblia

No fue hasta 1582 que la Iglesia Católica publicó su primera traducción al Inglés de la Biblia. Este fue doscientos años después de que John Wycliffe había proporcionado el mundo de habla Inglesa con una Biblia, y casi medio siglo después de que William Tyndale produjo el primer Nuevo Testamento Inglés impreso. Los dos hombres fueron implacablemente perseguidos por las autoridades católicas.

Cuando finalmente Roma produjo su propia edición de la Biblia en Inglés, fue un intento por contrarrestar la poderosa influencia de las Biblias protestantes ingleses que estaban inundando el mundo de habla Inglesa con la luz espiritual. El intento de Roma para sofocar esta luz no había tenido éxito, por lo que debía usar una segunda táctica, la de la crear una traducción en Inglés en un intento de guardar a su gente de la lectura de las versiones de Tyndale. Al tener su propia traducción Inglesa, las autoridades católicas podrían insertar sus notas heréticas y de ese modo oscurecer el significado simple para el discernimiento de la Escritura.

La primera traducción católica Inglés fue el Reims-Douay, llamada así por la ubicación de la universidad Católica bajo los auspicios de la que se produjo. El seminario fue fundado en Douay, España, en 1568 “para la formación de sacerdotes que iban a ganar Inglaterra de nuevo a la fe católica” (John Eadie, Historia del Inglés Biblia, II, p. 114). En 1578, se trasladó a Reims, Francia, y fue aquí que el Nuevo Testamento fue terminado en 1582. La escuela se trasladó de nuevo a Douay en 1593, en donde el Antiguo Testamento se completó unos quince años más tarde, en 1609-1610.

Uno de los traductores fue William Allen, el fundador de la universidad, que “desde hacía un cuarto de siglo tenía la causa principal del movimiento para la restauración de Inglaterra a la comunión con Roma” (William Moulton, La Biblia Inglés, 1878, p. 182). Odiaba a la Reina Elizabeth y dijo que estaba bajo la maldición de Dios y de la “Santa Iglesia”. Un biógrafo dice que su lengua era “una maquinilla de afeitar” (Jacob Mombert, Inglés Versiones de la Biblia, 1906, p. 293). “Él es dijo haber sido designado el primado de Inglaterra y el legado de Roma, tuvo éxito la Armada Española” (John Stoughton, Nuestra Inglés Biblia, 1878, p. 226). El agradó al papado tanto que fue hecho cardenal por el papa Sixto V en 1587 (Moulton, p. 182). Tras el fracaso de la Armada Española, Allen “pasó el resto de su vida levantando tramas y conspiraciones contra su majestad, y murió 1594” (Los Jesuitas, p. 142).

Aunque un Nuevo Testamento Inglés había sido finalmente producido por las autoridades católicas, no estaba permitida la distribución gratuita, incluso entre los católicos. “Fue extremadamente literal, rígida, formal, y a menudo sin sentido. Era una obra como requiere el sacerdocio para su comprensión. Y a ningún católico se le permitía leerlo hasta que hubirea obtenido una autorización por escrito. Con estas restricciones el uso católico era limitado en gran medida. y, como cuestión de hecho, el Nuevo Testamento fue reimpreso por los católicos sólo tres veces, y el Antiguo Testamento Douay, se publicó más tarde sólo una vez, entre 1582 y 1750 –un período de 168 años “(P. Marion Simms , Biblia desde el principio, p. 187).

Recordemos que el Papa Pío IV (1559-1565), sólo unos pocos años antes de que el Nuevo Testamento apareció Reims, “requierió a los obispos para rechazar para que los laicos dejen de leer incluso las versiones católicas de las Escrituras a menos que sus confesores o párrocos juzgaran que cada lectura probablemente resultara beneficiosa “(Diccionario católico, Addis y Arnold, p. 82).

El comentarista de la Biblia Mateo Poole hizo la siguiente observación en el prólogo a la primera edición de su comentario en 1685:

“En los últimos tiempos la iglesia de Roma parece que soportar algo así como un afecto maternal a sus hijos, y permite las Escrituras en la lengua materna; pero sí ello es un regalo no es digno de su nombre. Ellos primero deben obtener una autorización por escrito antes de utilizarla, y para conseguir eso, se tiene que aprobar a sí mismos ante sus confesores a ser tal como son, si no se ha congelado en las heces, sin embargo, se agrió con la levadura, de su superstición [en otras palabras, totalmente comprometido con el dogma católico]. … ellos no permitirán a ninguno a leer la Doway Biblias y el Rhemish Testamento, (las corrupciones de los cuales han sido suficientemente manifestada por muchos eruditos,) ni confían en su gente con estos sin el permiso de sus propios obispos e inquisidores. Esta es la libertad que gozan de dar a cualquiera de su religión para leer las Escrituras en Inglés; que vale la pena dejar que cualquier hombre juzgue” (Un Comentario de la Biblia de Matthew Poole, prefacio de la primera edición, p. v).

Es evidente que la Reims-Douay fue producida como parte de la Contrarreforma de Roma. Fue otro en el arsenal de tácticas que incluían las maldiciones terribles del Concilio de Trento y los fuegos de la Inquisición que estaban quemando a través de muchas partes de Europa.

La Reims-Douay fue una producción Jesuita (Eadie, el Inglés Biblia, II, p. 127).

Aproximadamente en 1850, la Sociedad Religiosa Tracto publicó Los jesuitas: Un bosquejo histórico [The Jesuits: A Historical Sketch]. Una gran parte del capítulo titulado “Los jesuitas en Inglaterra” está dedicada a exponer la conexión entre jesuitas y Douay. Dos jesuitas italianos fueron escogidos como los prefectos cuando la escuela se trasladó a Reims en 1578, y al año siguiente, el Papa Gregorio dotó a la institución (Los Jesuitas, p. 141). Los jesuitas, por supuesto, eran el brazo más militantes del poder papal y fueron criados expresamente para reclamar la autoridad sobre los que habían abandonado la Iglesia Católica Romana. Estaban dispuestos a utilizar cualquier táctica para este fin, incluyendo el engaño, la traición y asesinato.

“Los jesuitas estaban implicados en el asesinato de Enrique III de Francia -. Planeado la Armada Española – a menudo idearon la muerte de Isabel de Inglaterra – inventaron la Conspiración de la pólvora – instigaron el asesinato de Enrique IV de Francia – Impulsaron la revocación del edicto de Nantz – arruinar a James II – y fueron mezclados con todas las atrocidades y miserias que asolaron Europa durante casi doscientos años tan atroces, extensos y continuos eran sus crímenes, que fueron expulsados, ya sea parcial o en general, de todos los diferentes países de Europa, en varios intervalos, antes de la abolution de la orden en 1773 – treinta y nueve veces – un hecho sin precedentes en la historia de cualquier otro grupo de hombres que ha conocido en el mundo. Este es el sello de la reprobación estampada en el jesuitismo “(William Callender, Ilustraciones de papismo, p. 346).

La escuela que produjo el Reims-Douay era un semillero de fanatismo católico. Los agentes salieron de esta escuela para intentar la destrucción de la reina Elizabeth I y su gobierno protestante (Eadie, Historia del Inglés Biblia, II, p. 114). William Allen, uno de los traductores ya mencionados, dijo de Isabel I que estaba “bajo la maldición de Dios y la Santa Iglesia, dada a una mente reprobada, por lo tanto, sus enormidades abiertas y sus yerros deben ser grandes y no numerables” (Eadie, II, p. 116).

Guy Fawkes, que intentó volar el Parlamento Inglés en la “conspiración de la pólvora”, estudió en Douay. Fue ejecutado por traición el 30 de enero 1606.

El 1611 el prefacio de los Traductores de la Biblia King James exponen la duplicidad de los que produjeron la Reims, señalando:

“Ahora la Iglesia de Roma parece extender un afecto maternal hacia sus hijos, y conceder las Escrituras en su lengua materna, pero si de hecho es un regalo, no merece ser llamado un regalo, un regalo poco rentable: ellos primero deben tener una licencia por escrito antes de que puedan usarla, y para conseguir eso, se tienen que aprobar a sí mismos a su confesor. … sí, tan poco dispuestos están a comunicar las Escrituras de cualquier tipo para el entendimiento los pueblos, que no son vergüenza de confesar, que los obligó a traducirlo en Inglés contra de su voluntad “.

Los editores de la Reims-Douay admitieron que tradujeron su versión en Inglés, no porque crean que la gente debe tener las Escrituras en sus propias lenguas, o porque creían que las Escrituras deben ser leídas por todos los hombres, sino sólo debido a los tiempos. Considere sus propias palabras a medida que aparecen en el prefacio original a la Reims Nuevo Testamento. Hemos modernizado la ortografía pero por lo demás no han cambiado nada en el siguiente fragmento:

“Cuál traducción no lo hacemos por todo lo que publique, en la opinión errónea de 1 necesidad, que las Santas Escrituras siempre deben estar en nuestra lengua materna, o 2 que deberían, o fueron ordenados por Dios, para ser leída con indiferencia de todos, o 3 podría ser fácilmente comprensible de cada uno que lee o los oyen en un idioma conocido: o 4 que no eran a menudo, a través de la malicia del hombre o dolencias, perniciosa y mucho más doloroso para muchos: 5 o que por lo general y absolutamente consideró más conveniente en sí mismo, y más agradable a la palabra y el honor de Dios, o la edificación de los fieles, para que los convirtieron en lenguas vulgares, que ser mantenido y estudiado sólo en el Eclesiástico aprendió idiomas: NO FUERA POR ESTAS NI DICHO COMO CAUSAS TRADUCIMOS ESTE LIBRO SAGRADO, SINO EN ESPECIAL CONSIDERACIÓN A LA HORA ACTUAL, el estado y condición de nuestro país, al cual, diversas cosas son ya necesariar o rentables y medicinables ahora, que de otra manera en la paz de la Iglesia no eran ni mucho requisito, ni acaso totalmente tolerable. …

“Allí sobre el orden que más de un hombre sabio deseaba antes, fue tomada por los Diputados de la tarde famoso Concilio de Trento en este nombre, y confirmado por la autoridad suprema, que las Sagradas Escrituras, aunque verdadera y catolicamente traducida a lenguas vulgares, sin embargo, no pueden ser indiferente leídas por todos los hombres, ni de cualquier otra que tenga licencia expresa en ello de sus Ordinarios legales, con buen testimonio de sus Curas o confesores, que sean personas humildes, discretos y devotos, y les gusta tomar mucho bien, y ningún daño de esta manera ¿Qué prescribe, aunque en estos días de la nuestra no puede ser observado de manera tan precisa, como en otros tiempos y lugares, donde hay más debido respeto de la autoridad de la Iglesia, el Estado, y la disciplina: sin embargo, confiamos en que todas las personas sabias y piadosas utilizarán la materia, con tal moderación, mansedumbre, y sujeción del corazón, como el manejo de un libro tan sagrado, y los sentidos sinceros de la verdad de Dios en ella, y los cánones sagrados, los consejos, la razón y la religión que se requieren “(Prefacio, Reims Nuevo Testamento, impreso en Reims, 1582).

Las palabras no podían ser más claras. Los viejos romanistas todavía se encuentra en sus formas en el siglo 17. Ellos odiaban la idea de que la gente tenga la Biblia en su propio idioma. Negaron que la Palabra de Dios debe ser accesible para el hombre común. Afirmaron autoridad para decidir quién podía y no podía leer las Sagradas Escrituras. Se miraron hacia atrás con nostalgia a esa larga noche en la que la iglesia romana había dominado Europa. Ellos tuvieron que lamentar el hecho de que ya no se podía descartar Roma sobre las personas después de la antigua moda. Se admitió que sólo por la situación especial, entonces les obliga a ello a producir una Biblia Inglesa, y esa situación, por supuesto, fue la multiplicación de las versiones vernáculas como una consecuencia de la reforma protestante. Habían perdido el dominio; por tanto, deberían cambiar las tácticas y tomar sus propias Biblias vernáculas corruptas llenas de notas heréticas, con la esperanza de impedir la lectura de traducciones puros por gente católica.

Thomas Cartwright, en su respuesta a la Prefacio de la Rhemish Nuevo Testamento, repasa la historia de Roma de la actitud hacia la Biblia y sus traductores, y luego hace la siguiente observación:

Después de eso, ocultando y quemando de las Escrituras, por amenazar y asesinar a los hombres por la lectura de ellas, no pueden conseguir la causa de una noche de ignorancia, en la que se pueden hacer todas las cosas sin controlar: no quedaba un único motor el cual Satanás (con todos sus ángeles) haya enmarcado y martillado en su forja mentiras, los ha amueblado. Este motor es, la destrucción Y DES-AUTORIZACIÓN DE LAS ESCRITURAS, por así decirlo la toma de ellos su cintura o la liga de honor, por una falsa suposición de la corrupción de ellAs, en los idiomas en que fueron escritas por primera vez.

El Reims se llenó con los tipos más viciosos de comentarios. John Eadie, que miró cuidadosamente en la historia de la Reims, y que fue simpátizante de la Iglesia Católica Romana de muchas maneras, hizo la siguiente observación: “Las notas son puramente polémica, como si la versión había sido hecha para procurar ocasión para ellos. Ningún elemento de la caridad respira en ellos, sin compasión por los pobres no católicos; herejes y protestantes son atacados en cada página, y sus pecados son relucidos en el texto, a menudo por las inferencias más ingeniosas, o están conectadas con ella por una película invisible del hilo de araña. la furia y la indignación se vierte sobre ellos, y que están abrumados con la invectiva feroz y terrible amenaza a la exposición a la peor de las penas en la tierra, y retribuciones indecibles en el mundo por venir”(Eadie, Historia del Inglés Biblia, II, p. 129).

Consideremos, por ejemplo, la nota en la Reims en Mateo 13:29 “Los herejes puede ser castigados y reprimidos, y pueden y deben, por la autoridad pública, ya sea espiritual o temporal, ser castigados o ejecutados.”

Y en Apocalipsis 17:6 – “Pero la sangre de los protestantes no se llama la sangre de los santos, no más que la sangre de los ladrones, hombre-asesinos y otros malhechores, porque el derramamiento de la cual, por el orden de la justicia, sin riqueza común responderá”.

Fuente: WayOfLife.org
Traducción: masNobles.net

Roma y la Biblia