Aunque la noticia está relacionada con la juventud española, que no está muy lejos de la realidad de la juventud de los demás países en general. Durante la celebración del IX Foro de Debate Social de la Fundación Pfizer dedicado a la «Juventud y Alcohol, una cuestión de todos», se han dado a conocer datos que ponen de manifiesto que los españoles se inician cada vez antes en el consumo de bebidas alcohólica. Concretamente, el doctor Juan Álvarez, patrono de la Fundación Pfizer, resaltaba que «actualmente los jóvenes se inician a los 13,7 años de edad media, lo que supone más de un año antes de lo que sus padres creen». Añadía Miguel Casas, catedrático de Psiquiatría de la Universidad Autónoma de Barcelona y Jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital Universitari Vall d’Hebron de Barcelona, «que cuando beben, no lo hacen con el objetivo de emborracharse, sino para sentirse más desinhibidos y con mayor facilidad para relacionarse con su amigos y más concretamente en la búsqueda de pareja». Sin embargo, destacó ante un grupo de periodistas que resulta alarmante que los padres no informen a sus hijos de todos los peligros físicos y psíquicos que conlleva el consumo de bebidas alcohólicas. «Es imprescindible una mayor información-formación tanto para las familias como para los profesores de las escuelas, así como una mejora de los programas preventivos o más control y represión del consumo no autorizado, de muy difícil implementación y que, por desgracia, han mostrado pobres resultados». La mejor medida preventiva, la educación En la misma línea, Pedro Núñez Morgades, patrono de la Fundación Pfizer, apuntó que es para lograr que el consumo sea responsable, los mayores de edad deben consumir de manera moderada, y tener una tolerancia cero ante el consumo de los menores, porque puede perjudicar a su desarrollo. «La mejor medida preventiva es la educación; en este sentido es necesario lograr una intercomunicación mucho mayor entre escuela y padres para coordinar los mensajes hacia nuestros hijos». Alrededor del 70% de los jóvenes españoles entre los 12 y los 18 años reconoce haber probado el alcohol en alguna ocasión; más de un tercio lo consume al menos una vez al mes y más del 10% una vez a la semana. Entre los 16 y los 18 años, más del 50% se ha emborrachado al menos una vez. El elevado consumo de bebidas alcohólicas por los adolescentes se atribuye habitualmente a factores como la fácil disponibilidad para la obtención de bebidas, la presencia de una «personalidad predispuesta» o «viciosa», la pérdida de valores morales a nivel socio-familiar, la incapacidad formativa y preventiva de la escuela, etc. Sin embargo, Javier Quiroga, jefe de la Unidad de Comunicaciones del SAMUR, quiso hacer una llamada a la tranquilidad puesto que de los jóvenes que consumen alcohol, entre un 10 y un 14% desarrollan un proceso de abuso y dependencia. «Es decir que más del 80% no tiene dependencia alguna. Es más —matizó— durante 2011 realizamos 5.000 intervenciones por intoxicación etílica, y en el 45% de los casos se acabó en el hospita. Estos datos, en una ciudad como Madrid con cinco millones de habitantes y en la que se sale los fines de semana y, en ocasiones, entre semana, nos da a enterder que la situación no es alarmente, aunque el problema existe y es real». A pesar de que la mayoría de los jóvenes afirma estar suficientemente informado sobre los efectos y problemas asociados al consumo de alcohol, sólo uno de cada cuatro se propone dejar de beber o al menos reducir su consumo. Entre un 20 y un 30% de los adolescentes sigue admitiendo algunos mitos favorables al alcohol como que beber sólo los fines de semana no produce daños en el organismo, que sólo es malo para la salud si se consume durante muchos años seguidos o que «no es tan malo como dicen». Otro dato significativo es que más de la mitad de los progenitores que tienen hijos consumidores de alcohol les permiten beber. Respecto a la frecuencia con que hablan en casa sobre el alcohol y sus efectos, más de la mitad de los jóvenes encuestados confirma un escaso o nulo contacto con sus padres para hablar de este tema. Para Enrique Baca, patrono de la Fundación Pfizer y catedrático de Psiquiatría, resulta llamativo que «un 25% de los jóvenes comienza a beber en su casa, al ver que los padres también lo hacen». Fuente: ABC.es