Hace años cuando estaba leyendo el libro “Los mártires” escrito por John Fox, leía con gozo las narraciones de cómo nuestros hermanos de hace siglos estuvieron dispuestos a dar su vida por amor a Jesucristo y a su Palabra; pero también leía con tristeza las historias de algunos que al ver los peligros, incluyendo el de la muerte, preferían negar su fe y seguir el curso de la vida.
Por ejemplo, el libro narra las ocasiones en que los hermanos por negarse a quemar incienso al Cesar, por negarse a participar de la misa, negarse a orar a los “santos” y por no participar de celebraciones paganas, estuvieron dispuestos a dar su vida con gozo por Jesucristo; opuesto a lo que hoy en día ocurre en gran cantidad de creyentes alrededor del mundo, a quienes no hay necesidad de amenazarlos de muerte para que participen de fiestas paganas, como un pequeño ejemplo les menciono la navidad (ojo, hoy es 13 de febrero)
Pero ante todas esas nefastas atrocidades cometidas en contra de la Iglesia Evangélica, no debemos olvidar que está escrito:
Pero si alguien hace pecar a uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que le colgaran al cuello una gran piedra de molino y lo hundieran en lo profundo del mar. ¡Ay del mundo por las cosas que hacen pecar a la gente! Inevitable es que sucedan, pero ¡ay del que hace pecar a los demás! [Mateo 18:6-7]
Y traigo el último párrafo a colación porque, de nuevo, leo cómo en México no se detienen las barbaridades cometidas por católicos en contra de evangélicos, incluso obligándolos a negar su fe, acto que bíblicamente se llama apostasía… pero esperamos que estos hermanos recapaciten de su error y vuelvan al rebaño del Señor; sin embargo, respecto a los malhechores, ya de antemano está escrito para ellos “más le valdría que le colgaran al cuello una gran piedra de molino y lo hundieran en lo profundo del mar”. Les dejo la noticia tomada de La Jornada, ALC. / ACPress.net:
Ocho personas que recientemente se hicieron miembros de iglesias evangélicas fueron encarcelados por “cambiar de religión” en el municipio de Las Margaritas, en Chiapas, este pasado martes 3 de febrero de 2009. Luego multados, y obligados a renunciar a su fe para siempre en un documento para poder ser luego liberados.
El conflicto se produjo cuando Arnulfo Jiménez González, Vinicio González López, Elías Jiménez Jiménez, Octavio Vázquez Pérez, Arturo Jiménez Pérez, Santiago Pérez López, Jaime González Luna y Demetrio Jiménez, declararon que por su propia voluntad, y sin presión alguna, habían decidido profesar ser evangélicos, por lo que de inmediato los católicos de la comunidad los encarcelaron.
Estas ocho personas fueron arrestados más de 27 horas por las autoridades ejidales y católicas de la comunidad 20 de Noviembre, municipio de Las Margaritas (en los Altos de Chiapas), por orden del comisariado ejidal, Gonzalo Jiménez Luna, y liberados tras firmar un “convenio” según el cual renunciaban a su fe evangélica en Jesús, bajo amenaza de ser expulsados del pueblo si retoman cualquier “práctica protestante”.
Además, a cada uno de ellos se le impuso una multa de 2 mil pesos por “cambiar de religión”. El comisario ejidal, Gonzalo Jiménez Luna, decidió el castigo aplicando la “ley” local, que impone profesar la religión católica y apoyar económicamente los ritos oficiales. Y en efecto, uno de los acuerdos dentro de esa comunidad es que “nadie puede cambiar de religión, sin el permiso de la autoridad”, ya que al menos en teoría todos profesan la fe católica, a pesar de la fuerte presencia evangélica en la zona.
LA “LEY CATÓLICA” EN CHIAPAS
Los católicos (que se supone que son todos en la población) son obligados por la Iglesia católica local a aportar cantidades que pueden elevarse hasta los 2 mil pesos (equivalente a 135 dólares americanos), dependiendo del cargo que les obliguen a desempeñar, para llevar a cabo ritos religiosos y la compra de bebidas alcohólicas en las fiestas locales. Algo a lo que los evangélicos se niegan, tanto por ser contrarios a su fe los ritos religiosos católicos, como por estar en desacuerdo con los excesos de consumo de alcohol.Cabe señalar que en abril del año pasado, en esta misma comunidad fue destruido un templo de la denominación Asambleas de Dios, en donde amenazaron de muerte a sus propietarios, sin que hasta el momento haya habido detenidos o sancionados por tales hechos.