Es considerado como el fundador del Movimiento Adventista (también conocido como Movimiento Millerista), de los años 1830 y 1940 en Norteamérica. Entre sus descendientes espirituales directos existen varias religiones, incluyendo la Iglesia Adventista del Séptimo Día y movimientos posteriores que se fundaron con la inspiración directa del énfasis de Miller en la profecía bíblica, incluyendo el Movimiento de Estudiantes de la Biblia ó Russellitas, actualmente conocidos como los Testigos de Jehová.
VIDA TEMPRANA
Miller nació el 15 de febrero de 1782 en Pittsfield, Massachusetts. A la edad de 4 años, su familia se mudó a Hampton Nueva York. Fue educado en casa por su madre, hasta los 9 años de edad, cuando ingresó en la recientemente establecida Escuela del Distrito de Poultney del Este. Se desconoce si Miller cursó alguna educación formal después de los 18 años; a pesar de ello, continuó leyendo vorazmente. En su juventud es sabido que tuvo acceso a las bibliotecas privadas del Juez James Witherell, del Congresista Matthew Lyon en la cercana Fairhaven, Vermont y de Alexander Cruikshanks de Whitehall, Nueva York.[1]
En 1803, Miller contrajo matrimonio con Lucy Smith y se mudaron al pueblo de su esposa, cercano a Poultney, Vermont, donde se convirtió en granjero. Mientras Miller era electo como miembro de la Oficina Civil de Poultney, comenzó con el oficio de Guardia. En 1809 fue elegido para el puesto de Sheriff Diputado y en una fecha desconocida fue elegido como Juez de Paz. Miller sirvió en la milicia de Vermont y fue comisionado como teniente el 21 de julio de 1810.
Poco después de su cambio a Poultney, Miller rechaza sus creencias bautistas y se convierte en Deísta. En su biografía, Miller reseña su conversión: “Me hice conocido de los principales hombres en esa aldea (Poultney, N.Y.), que eran abiertamente Deístas; pero eran buenos ciudadanos, y de una conducta y moral serias. Ellos pusieron en mis manos los trabajos de Voltaire, Hume, Paine, Ethan Allen y otros escritores deístas”.[2]
SUS CREENCIAS MASONICAS
Miller fue también un activo francmasón: “Fue aquí (Poultney, Vermont) donde el Sr. Miller se convirtió en miembro de la fraternidad masónica, en la cual su perseverancia, sin nada más, se manifestó; avanzó al grado más alto que las logias en el condado, o en la región, podían conferir.”[3] Poco sabemos de los lazos masónicos de Miller, aparte de los registrados por su biógrafo Sylvester Bliss. La mayoría de los autores subsecuentes ignora este hecho o no mencionan comentario alguno. Whitney R. Cross especifica que Miller era un masón del Arco Real pero no da más detalles o fuentes.[4] H. Y. Smith y W. S. Rann, editores del libro de 1886 Historia del Condado Rutland Vermont con Ilustraciones y Bosquejos Biográficos de algunos de sus Prominentes Hombres y Pioneros muestra al “Rev. William Miller” como uno de los cincuenta y un individuos listados por el Sr. Clarke como “los que han sido prominentes en el Orden de este condado (Rutland).”[5] Miller (listado como el Cap. Miller) es nombrado posteriormente como uno de los primeros Maestros de la Logia Estrella de la Mañana, No. 27. Se dice de esta logia que fue “organizada en Poultney anteriormente a 1800, pero la fecha exacta no es conocida.”[6] En una carta escrita a su amigo Truman Hendryx, fechada el 17 de noviembre de 1832, Miller se regocija cuando la Antimasonería muere en su localidad.[7] Las declaraciones de Miller referentes a la Antimasonería se fechan bien después de su conversión en 1816, y parecen indicar que Miller no veía contradicciones entre su religiosidad Bautista y sus creencias Masónicas. No parece probable que Miller fuese masón activo mientras seguía su permiso como ministro de la Iglesia Bautista de Low Hampton el 12 de septiembre de 1833; la logia de Poultney -y la mayoría de las otras logias cerró en 1832 durante el tiempo del fervor Anti-Masón. Aunado a esto, Miller regresó a Low Hampton en 1815. Sin embargo, como se mostró previamente, la evidencia sugiere que él por lo menos, mantuvo su simpatía por el movimiento masónico hasta 1834, y posiblemente después.[8]
SERVICIO MILITAR Y LA SUPUESTA “EPIFANÍA”
Al comienzo de la Guerra Anglo-Estadounidense de 1812, Miller reunió una compañía local de hombres y viajaron a Burlington, Vermont. Fue transferido al Trigésimo Regimiento de Infantería en el Ejército Regular de los Estados Unidos con el rango de Teniente. Miller pasó la mayor parte de la guerra trabajando como reclutador y el 1 de febrero de 1814 fue promovido a Capitán. Vio por primera vez acción en la Batalla de Plattsburgh, donde las fuerzas americanas sumamente superadas en número vencieron a su contraparte británica. Miller llegó a ver el resultado de esta batalla como milagroso y por lo tanto, en desacuerdo con su opinión deísta de un dios distante, alejado de los asuntos humanos. Escribió posteriormente, “Me pareció que un Ser Supremo debió haber observado los intereses de esta nación en una forma especial, y nos liberó de las manos de nuestros enemigos… un resultado sumamente sorprendente, contra tales probabilidades, me pareció el trabajo de una fuerza más poderosa que el hombre”.(Memoirs of William Miller, Sylvester Bliss, 52-53)
Después de combatir en la guerra de 1812, tuvo una epifanía espiritual, y fue llamado al bautismo. Después de mucho estudio, Miller estaba convencido de que la cronología bíblica señalaba el inminente fin del mundo, y en 1832, tuvo la confianza suficiente para dar a conocer sus creencias.[17]
MILLERISMO
Para Miller el fin del mundo tenía que estar cerca y daba como razonamientole que en 1798 había concluido la supremacía papal, que un tal Wolf había predicado a Cristo a Judíos, parsis, turcos e hindúes, y que, además, algunos pueblos, como los árabes del Yemen y los tártaros, esperaban a Cristo para una fecha cercana a 1840. No hace falta ser erudito bíblico para comprender que los argumentos de Miller carecían de la más mínima base sólida. [18]
Cartel profético Millerista sobre las profecías de Daniel y Revelaciones del año 1843. Desde 1840 en adelante, el Millerismo se transformó de un “movimiento regional oscuro, a una campaña nacional”. La figura clave en esta transformación fue Joshua Vaughan Himes, pastor de la capilla de la calle Chardon en Boston y un experimentado editor. A pesar de que Himes no aceptó completamente las ideas de Miller hasta 1842, estableció el periódico quincenal Señales de los tiempos [10] el 28 de febrero de 1840, para publicarlas.[9]
A pesar de la urgencia de sus partidarios, Miller nunca fijó una fecha exacta para la Segunda Venida. Sin embargo, en respuesta a sus peticiones, redujo el período a algún día dentro del calendario Hebreo comenzando en el año gregoriano de 1843, registrando: “Mis principios en breve, son, que Jesucristo vendrá otra vez a esta tierra, limpiará, purificará, y tomará posesión del mismo, con todos los santos, en algún momento entre el 21 de marzo de 1843 y el 21 de marzo de 1844.[11]
El 21 de marzo de 1844 pasó sin incidentes, algunas discusiones y estudios posteriores resultaron en la pronta adopción de una nueva fecha: 18 de abril de 1844, basado en la interpretación caraísta del Calendario hebreo (opuesta al calendario rabínico).[12] Como en la fecha pasada, el 18 de abril pasó sin el retorno de Cristo. Miller respondió públicamente, escribiendo: “Confieso mi error y reconozco mi decepción; pero aún creo que el día del Señor está cerca, casi a la puerta”.[13]
En agosto de 1844 en un campamento de reunión en Exeter, Nuevo Hampshire, Samuel S. Snow presentó un mensaje que llegó a ser conocido como el mensaje de los siete meses o el verdadero grito de medianoche. En una discusión basada en tipología escritural, Snow presentó su conclusión (aún basada en la profecía de los 2300 días de Daniel 8:14), que Cristo regresaría el décimo día del séptimo mes del presente año 1844.[14] Otra vez usando el calendario de los judíos caraístas, el día fue determinado como el 22 de octubre de 1844.
LA GRAN DECEPCIÓN
El 22 de octubre y el amanecer del 23 de octubre, se convirtieron en la gran decepción de los Milleristas. Hiram Edson registró que “Nuestras más profundas esperanzas y expectativas fueron destrozadas, y un espíritu de angustia vino sobre nosotros como nunca antes había experimentado… lloramos y lloramos hasta el atardecer.”[15] Después de la Gran Decepción muchos Milleristas simplemente renunciaron a sus creencias. Algunos no lo hicieron y proliferaron puntos de vista y explicaciones. Miller inicialmente parecía creer que la Segunda Venida de Cristo aún iba a tener lugar, que “el año de expectativa estaba de acuerdo a la profecía; pero… que debía de haber algún error en la cronología de la Biblia, que provenía de algún error humano, que podría haber desechado alguna fecha y que esto de alguna forma contará para la discrepancia.”[16]
Apenas habían abandonado los adeptos de Miller el lugar donde se habían reunido por la noche, cuando uno de ellos, llamado Hiram Edson, de vuelta a su casa supuestamente tuvo una visión. “Cristo aparecía en el firmamento y llegaba a un altar en el cielo”. Presuntamente Miller no se había equivocado. “Cristo había llegado… pero no a la tierra sino al santuario del cielo”. Se había acertado en la fecha, sólo que se había fallado en el recorrido de Cristo. Por obra y gracia de la visión de Edson, Miller de nuevo era presentado como profeta de Dios y una interpretación absurda de Daniel 8 pasaba a convertirse en piedra aún más esencial de la doctrina del adventismo.[19]
En contra de lo que habían enseñado todas las iglesias cristianas durante todo el tiempo anterior, los adventistas anunciaron que el sacrificio expiatorio de Cristo no se había consumado en la cruz, sino en 1844.[20]
REREFENCIAS
[1] Memoirs of William Miller, Sylvester Bliss, 13
[2] Apology and Defence, William Miller, 24
[3] Memoirs of William Miller, Sylvester Bliss, 21-22
[4] The Burned-over District: A Social and Intellectual History of Enthusiastic Religion in Western New York, Whitney R. Cross, 288
[5] History of Rutland County p29 (http://www.rootsweb.com/~vermont/RutlandCountyHistorypage29.html). Consultado el 2006-08-23
[6] History of Rutland County p30 (http://www.rootsweb.com/~vermont/RutlandCountyHistorypage30.html). Consultado el 2006-08-23
[7] The Burned-over District: A Social and Intellectual History of Enthusiastic Religion in Western New York, Whitney R. Cross, 123
[8] History of Rutland County p29 (http://www.rootsweb.com/~vermont/RutlandCountyHistorypage29.html). Consultado el 2006-08-23
[9] Apology and Defence, William Miller, 5
[10] http://www.adventistarchives.org/documents.asp?CatID=30&SortBy=0&ShowDateOrder=True
[11] William Miller and the Advent Crisis, Everett N. Dick, 96-97
[12] Millennial Fever, George R. Knight, 163-164
[13] Memoirs of William Miller, Sylvester Bliss, 256
[14] Advent Herald, 21 de agosto de 1844, Samuel S. Snow, 20
[15] Millennial Fever, George R. Knight, p.218
[16] William Miller and the Advent Crisis, Everett N. Dick, p. 27
[17]Evidence from Scripture and History of the Second Coming of Christ, William Miller; vii
[18]Los Masones, Cesar Vidal, 202
[19]Los Masones, Cesar Vidal, 203-204
[20]Los Masones, Cesar Vidal, 204