Steve Jobs: El Tecno-mago de la Nueva Era

Como el inventor de la computadora personal, iTunes, el iPod, iPhone y iPad, como un motor/agitador en el negocio de la fantasía de Hollywood (como dueño de Pixar y como colaborador de Disney), y como un pionero en el campo de los libros digitales, Steve Jobs tenía una gran influencia en la sociedad moderna.

Jobs representa la fusión de la filosofía de la Nueva Era, la revolución sexual, la mi generación [me generation], drogas, música y tecnología.

Según su hermana, las últimas palabras de Jobs fueron “Oh, wow, oh wow; Oh wow” Muchos comentaristas han tratado de averiguar el significado de estas enigmáticas palabras.

Según la biografía autorizada de Jobs por Walter Isaacson, quien tuvo acceso sin precedentes al hombre, Jobs rechazó la Biblia en su juventud. Sus padres lo llevaron a una iglesia luterana, pero cuando era adolescente le dijo al pastor que él no quería tener nada que ver con un Dios que permite que gente inocente sufra y nunca regresó a la iglesia.

Jobs estudió religiones orientales el resto de su vida. Estudió el hinduismo en la India y el Hare Krishnas en California y estudió budismo con Shunryu Suzuki y otros en centros Zen en California.

Isaacson escribe: “El compromiso de Jobs con la espiritualidad oriental, y especialmente el budismo Zen, no era sólo una fantasía pasajera o juveniles escarceos … quedó profundamente arraigado en su personalidad” (Isaacson, Steve Jobs, Simon & Schuster, 2011, p. 34). Leyó Paramahansa Yogananda la Autobiografía de un Yoga una vez al año hasta el momento de su muerte (p. 527).

Jobs fue influenciado fuertemente por las drogas alucinógenas. Él dijo: “Tomar LSD fue una experiencia profunda, una de las cosas más importantes en mi vida” y afirmó que las personas que no han tomado ácido nunca lo entenderían completamente (pp, 41, 384).

Él desarrolló un compromiso de por vida con dietas y procedimientos alternativos de la Nueva Era Age, comer sólo frutas y verduras, realizar ayunos prolongados, viviendo durante semanas con uno o dos tipos de alimentos, la práctica de la hidroterapia, limpiezas intestinales, la acupuntura, la expresión “de todos los sentimientos negativos” (él había participado en terapia de gritos como un hombre joven), y consultando con los psíquicos. Es posible que su rechazo a operar su cáncer en el momento oportuno y su compromiso, en cambio, por “terapias alternativas” resultara en su muerte prematura a los 56 años (p. 454).

En todo esto Jobs fue producto de la cultura del rock de los 60. “El vegetarianismo y el budismo Zen, la meditación y la espiritualidad, el ácido y el rock – Jobs envuelve, de manera amplificada en marcha, los múltiples impulsos que fueron característicos de la iluminación en busca de la subcultura del campus de la época” (p. 36).

A su vez, Jobs se convirtió en un ávido promotor de la cultura rock con sus filosofía anti-Biblia y a través de sus invenciones tecnológicas ayudó a crear la sociedad global interconectada que está preparando el camino para el anticristo. Él era “el nexo de la contracultura y la tecnología” (p. 58). Él encarna “la fusión de flower power y la potencia del procesador, la iluminación y la tecnología” (p. 56).

Timothy Leary, el gurú del LSD de los 60, revisó su filosofía después de la invención de la computadora personal (que Steve Jobs tuvo un papel importante en la creación). Dijo que los ordenadores personales se había convertido en la nueva LSD (p. 57). En lugar de “Enciende, sintoniza, abandona”, su mantra fue “Enciende, arranca, conecta” Esto es precisamente lo que las generaciones posteriores ha hecho. Su adicción sin sentido a la cultura pop es alimentada por vía intravenosa a través de conectividad de 24/7.

Jobs reconoció que era llevado por fuerzas espirituales invisibles que fueron más allá del análisis humano. Confió en “la comprensión intuitiva y la conciencia” (p. 35). Dijo que “toda la visión de un ordenador personal solo estalló en mi cabeza” (p. 60). “Sus saltos imaginativos eran instintivos, inesperados y, a veces mágicos” (p. 566).

La inmersión de Jobs en la filosofía oriental lo engañó haciéndole creer que podía cambiar la realidad a través del poder de su mente y voluntad. Se le llamó su “campo de distorsión de la realidad” y “pensamiento mágico”. Uno de sus amigos dijo: “Si ha decidido que algo sucede, entonces sólo va a hacer que suceda” (p. 51). La frase “campo de distorsión de la realidad” vino de los episodios de Star Trek, “en la que los extraterrestres crear su nuevo mundo propio a través de la pura fuerza mental” (p. 117).

En cuanto a su punto de vista de Dios, Jobs dijo: “Creo que las diferentes religiones son diferentes puertas a la misma casa. A veces pienso que la casa existe, y a veces no. Es el gran misterio “(Isaacson, Steve Jobs, p. 15). Poco antes de morir le dijo: “Estoy cerca de cincuenta-cincuenta de creer en Dios. … Tengo muchas ganas de creer que algo sobrevive, que tal vez su conciencia perdure. Pero por otro lado, tal vez es como un interruptor de encendido y apagado. Click! Y te has ido “(p. 570).

La espiritualidad de Jobs no produjo un buen carácter. Él era “un ser iluminado que era cruel” (Isaacson, Steve Jobs, p. 32). Él era “siempre temperamental y malcriados” (p. 81), “tiránico y agudo en su crítica” (p. 81), “lo contrario de fiel” (p. 103). El “tiende a mentir” (p. 118). El creía ser una especie de Nietzsche “superman” al que “las reglas no se aplican” (p. 184). Que estaba “completamente molesto y pensó que podía salirse con la suya” (p. 184). Él tenía un “afán perverso de poner a la gente abajo, humillarlos” (p. 223), era vengativo y “guardó rencor, a veces con pasión” (p. 299).

El documento original se titula STEVE JOBS:  THE NEW AGE TECHNO WIZARD, y fue producido por wayoflife.org

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