<img class="alignleft" style="padding: 0px; border: 1px solid #555555; margin-right: 10px;" src="/imagenes/cena-romantica2.jpg" alt="" />Los matrimonios que quedan para una cita a solas una vez a la semana ven reducido su riesgo de divorcio a la mitad, según los estudios presentados por la Universidad de Virginia al respecto. Se trata de la constatación de una de esas reglas de oro que se ofrecen en cursos matrimoniales y salen de boca de muchos consejeros. Los datos se han recogido en Estados Unidos (1.600 parejas de 18 a 55 años, en 2010-2011, combinados con sondeos de 10.000 aultos, de 1987 a 1994). La situación es extrapolable a un país como España donde el estrés y los horarios extremos limitan los tiempos de comunicación en la pareja. <strong>SOLO CON TU PAREJA</strong> La pregunta del estudio era “¿Cada cuanto pasa usted tiempo solo con su pareja, charlando o compartiendo una actividad?”, tal y como puede verse en el documento de resumen del trabajo publicado en la página web de la universidad de Virginia ( disponible en inglés ). Las palabras clave son “solo con su pareja” (no valen las salidas con amigos, parientes ni los niños) y “compartiendo”. Brad Wilcox, co-autor del estudio, insiste en que no hace falta salir a cenas caras ni alquilar un viaje en globo. “Mientras estés tan concentrado en tu cónyuge como en tus niños, tu trabajo o tus jueguecitos del iPhone, ya vale. Se trata de que hablen cara a cara. Puede bastar con jugar a algo los dos solos después de acostar a los niños”, afirma Wilcox. El estudio muestra que cuanto más tiempo “de calidad” se comparta, menos riesgo de divorcio hay. Un 15% de los que tienen una cita semanal se divorcian. Aunque pueda parecer mucho, no lo es si se compara con los resultados de aquellos que no se citan con esa regularidad, que son un 25%. <strong>EL PODER DE UNA CITA</strong> Hay varios aspectos que se suelen destacar en cuanto a los beneficios de una cita con el cónyuge. Lo principal es que mejora la comunicación, ya que ambos pueden hablar sin las distracciones del día a día y sin prisas. Algunos manuales, como Alpha para Matrimonios, recomiendan que las citas sean agradables, y no se usen para hablar de problemas, pero en cualquier caso debe primar siempre la necesidad de compartir entre cónyuges. Además, la comunicación estable permite descubrir que el cónyuge cambia, que ya no piensa o desea o teme como 10 o 20 años antes. Una mejor comunicación es clave del éxito matrimonial. Por otra parte se disfruta de la novedad que supone la cita y se evita el “acomodamiento”. Los estudios demuestran que hacer juntos cosas novedosas (desde montar a caballo a pasear por la montaña, bailar o ver puestas de sol) borra la rutina, y une a los cónyuges en un reto compartido, divertido y emocionante. La mejora de la cita afecta a la relación relación romántica y sexual, porque añade creatividad y emoción, y al permitir el diálogo, puede ayudar también en este campo. Todo ello fortalece el matrimonio. La cita semanal ayuda también a afirmar el compromiso entre ambos. Al fin y al cabo, una cita es un compromiso específico que puede quedar marcado con antelación, lo que refuerza la sensación de unidad. Queda claro que para cada cónyuge, el otro es una prioridad. Por último, salir a divertirse en pareja o simplemente pasar un buen tiempo juntos es bueno porque se aligera el estrés al que las personas suelen estar sometidas. Permite ver al otro sin cargas de irritabilidad o cansancio o agobio, y eso ayuda a mantener el amor conyugal.