Miles de niños y niñas fueron encerrados en colegios, orfanatos, preventorios antituberculosos o centros de auxilio social todos católicos que se convirtieron en una especie de cárceles para ellos.
Allí sufrieron abusos físicos, psíquicos, sexuales, explotación laboral o prácticas médicas dudosas. Hoy destapan ese pasado oculto y silenciado.