Operación Sansón

Israel ha armado con artefactos nucleares tres submarinos fabricados en astilleros de Kiel, en el norte de Alemania, y parcialmente financiados por el Gobierno alemán. Un novedoso dispositivo hidráulico, hasta ahora secreto, permite a los submarinos de fabricación alemana disparar misiles nucleares. El semanario Der Spiegel dedica la portada de hoy a la denominada Operación secreta Sansón. Dentro, un largo reportaje revela que los Gobiernos alemanes saben desde hace años que Israel dota a su armada con misiles de capacidad atómica. El ex secretario de Estado Lothar Rühl y el exfuncionario de Defensa Hans Rühle han confirmado a la revista que estas prácticas son bien conocidas en Berlín. Rühle dice además que él mismo ha hablado de ellas con militares israelíes. Documentos del ministerio de Exteriores confirman que Alemania está informada sobre el programa atómico de Israel desde 1961. Berlín no lo comenta públicamente.

El ministro de Defensa israelí, Ehud Barak, dijo a los reporteros alemanes que su país “pude estar orgulloso de haber asegurado la supervivencia del Estado de Israel desde hace muchos años”. Según Der Spiegel, Alemania ya ha entregado a Israel tres submarinos de la clase Dolphin, una versión muy modificada del u-boot 209. Este tipo de submarino con motor diesel-eléctrico es desde hace décadas un notable éxito exportador alemán y sirve en armadas de una docena de países. Jerusalén ha acordado la compra de otros tres submarinos Dolphin, el próximo de los cuales zarpará a Israel a finales de este año. Lo más probable es que Israel haya montado en sus submarinos misiles de crucero basados en el proyectil Popeye Turbo. Son de producción propia. Podrían transportar ojivas de 200 kilos a distancias superiores a 1.500 kilómetros.

Der Spiegel explica que Alemania está ayudando así a que “Israel disponga de un arsenal nuclear flotante”. Al parecer, el Gobierno de Benjamín Netanyahu se está planteando encargar otros tres buques más. La compra del último de los seis, que se entregará en 2017, se ha cerrado hace poco tiempo. El contribuyente alemán sufraga este sexto submarino con 135 millones de euros, un tercio de su valor. Según se ha informado hoy, la canciller federal, Angela Merkel, puso varias condiciones para firmar la venta. Israel debe frenar su política de asentamientos en los territorios palestinos y permitir la construcción de una depuradora en la franja de Gaza que también ha de ser financiada con dinero alemán.

Fuente: elPais.com

Operación Sansón

Israel y la guerra de las Malvinas…

Los embargos internacionales que sufrió la Argentina durante la guerra de Malvinas llevaron al país a buscar cualquier tipo de aliado que le permitiera conseguir armamentos, como Libia, Venezuela, Perú y Ecuador. Pero el que más contribuyó en el suministro de equipamientos bélicos terminó siendo el menos pensado: Israel.

El estado judío no sólo estuvo dispuesto a aprovisionar al gobierno de Leopoldo Fortunato Galtieri en todo lo que necesitó sino que, también, se mostró proactivo para asesorarlo y transmitirle sus experiencias en combate. Todo esto sale a la luz, por primera vez, en el libro Operación Israel: El rearme argentino durante la dictadura (1976-1983).

Los problemas para la Argentina se fueron incrementando a medida que los ingleses aumentaron su presión, no sólo con los bloqueos sino, también, con el avance de sus tropas hacia el sur. Así, los bombardeos sobre las islas tornaron cada vez más desesperante la situación del país, ya que carecía de opciones para remplazar los equipamientos que iba perdiendo en el frente.

Esto llevó a los militares a salir en busca de países y traficantes que les vendieran armamento a cualquier precio. Pocos respondieron. Uno de ellos fue Israel, quien ya se había convertido en su proveedor en 1978, en pleno conflicto del Beagle con Chile.

En seguida, la Fuerza Aérea (la de mayor trato con Jerusalén) se contactó con Isrex Argentina, la representante en Buenos Aires de las fábricas de insumos bélicos del estado judío, para pedirles lo que necesitaban. Su titular, Abraham Perelman, se mostró dispuesto a ayudarlos, aunque antes debió pedir autorización a la casa central de la compañía, en Tel Aviv.

El problema era de tal magnitud que Gad Hitrón, presidente Isrex en Israel, y su jefe Aaron Dovrat, cabeza del grupo Clal (ambos argentinos), tuvieron que solicitar una entrevista con el primer ministro Menajem Beguin para tomar una decisión. Su respuesta los sorprendió.

“Le empezaron a explicar que las Malvinas eran Argentina y que los ingleses y qué se yo. Beguin los interrumpió y les dijo: ‘A mí ustedes me vienen a hablar mal de los ingleses. ¿Esto se va a usar para matar ingleses? Kadima (adelante). Dov desde arriba va a estar satisfecho de esta decisión que tomé. Eso sí, por supuesto, me lo hacen todo bien'”, cuenta Israel Lotersztain, vendedor de Isrex Argentina.

Inglaterra administró la región de Palestina luego de la Primera Guerra Mundial hasta la partición realizada por la ONU, que permitió la creación de Israel en 1948. En esos tiempos, distintos grupos armados judíos buscaron erosionar el poder de Londres mediante atentados para que cumpliera con la promesa de fundar un estado hebrero en la zona. Menajem Beguin fue comandante del Irgún, uno de estos grupos, donde también participaba su amigo Dov Gruner, quien fue capturado por los británicos cuando preparaba un ataque y ahorcado el 16 de abril de 1947. Por eso sintió que saldaba una cuenta. “Odiaba a los ingleses más que a cualquier otra cosa. Todos se habían olvidado, pero él no”, continúa Lotersztain.

Su compañero de trabajo, Jaime Weinstein, coincide y agrega que “Beguin tenía un profundo odio y resentimiento con los ingleses desde la época de la independencia de Israel. Entonces, hizo todo lo posible para ayudar a la Argentina, vendiéndole armas durante la guerra de Malvinas”.

Apenas terminó la reunión, Hitrón les comunicó la decisión a sus empleados en Buenos Aires, quienes fueron al Edificio Cóndor a transmitir la novedad. Sólo quedaba buscar un país que apareciera como comprador. Israel precisaba triangular las armas a través de un tercer país ya que mantenía relaciones cercanas con Inglaterra (comerciales y a través de su comunidad judía, una de las más importantes del mundo) y no quería quedar como que estaba apoyando abiertamente a la Argentina en contra de Londres.

La ruta del Callao

Perú estuvo dispuesto a colaborar en todo lo que necesitaran los militares para adquirir armamentos. Esa fue la orden que dio su presidente Fernando Belaunde Therry y que implementó su primer ministro, Manuel Ulloa.

A tal punto llegó la ayuda que la Fuerza Aérea del Perú (FAP) firmó órdenes de compra en blanco y certificados de destino final que fueron enviadas a la Argentina para que pudiera concretarse la triangulación. “La consigna era apoyarlos en todo lo que se pudiera, y no había ningún problema en que se firmara una orden de adquisición”, afirma un oficial que llegó hasta los más altos cargos de la Aeronáutica peruana.

Llevaron a cabo las negociaciones el agregado militar en Lima, el comodoro Andrés Dubós y el brigadier general Basilio Lami Dozo, comandante de la Fuerza Aérea Argentina. Una vez que estuvo todo acordado, viajó Luis Guterson, de Isrex Argentina, para recoger los documentos y comenzar la operación.

Esto le permitió a la Argentina adquirir lo que precisaban en nombre de su aliado, hacer los envíos al Aeropuerto del Callao y, desde allí, transportarlos a Buenos Aires en aviones de Aerolíneas Argentinas.

Lo único que no consiguieron fue un banco peruano que les abriera una carta de crédito para realizar los pagos, por lo que Israel terminó financiándole la mayoría de las adquisiciones, que fueron abonadas al final de la guerra.

Aún faltaba conseguir aviones que fueran a Tel Aviv a buscar el cargamento y lo llevaran a Lima. Los primeros dos vuelos se hicieron con unos DC8 de las FAP pero, luego, tuvieron que alquilar otros más grandes para traer cargas mayores, por lo que se usaron los de una compañía privada belga, con bandera de Luxemburgo, autorizada por el servicio secreto israelí, el Mossad.

Sin embargo, a pesar de los resguardos tomados, la inteligencia británica sabía cuándo llegaban al Perú y los fotografiaban mientras traspasaban el material entre las aeronaves, con lo que quedaba en evidencia la triangulación. “Una vez, apareció una foto en un diario cuando se estaba haciendo el traspaso de un avión a otros de Aerolíneas Argentinas. Se la llevó el embajador inglés en Israel a Beguin e hizo un quilombo. Sabían todo. Algunas veces, cuando teníamos una discusión sobre si había llegado algún repuesto, decíamos: ‘Tenemos que preguntarles a los ingleses'”, recuerda Lotersztain.

Los cinco vuelos que hicieron la ruta Tel Aviv-Lima-Buenos Aires llegaron cargados con todo tipo de equipamientos, como máscaras antigás, sistemas de alerta radar para evitar los disparos de los misiles enemigos, camperas de duvet, repuestos, y misiles aire-aire Shafrir, entre otros.

Pero uno de los que más trascendencia tuvo fueron los tanques suplementarios de combustible que necesitaban los cazabombarderos para atacar a la flota inglesa. Sin ellos, era imposible que llegaran hasta las Malvinas y volvieran al continente. La sorpresa llegó cuando Israel no sólo se ofreció a enviárselos sino que, además, les dio los de 1500 litros, cuando los argentinos tenían los de 1300, con lo que ganaban una mayor autonomía de vuelo.

Esto provocó que los ingleses tuvieran que mover su flota más lejos para evitar los bombardeos. “Tardaron mucho tiempo en autorizar la operación. El precio del flete y del tanque no tenía ninguna importancia comparado con el costo político que Israel estuvo dispuesto a pagar para venderlos. Era una decisión política y creo que les salió bien la cosa, porque en el mundo quedaron como un país confiable”, destaca Lotersztain.

La Argentina adquirió 40 tanques que llegaron a Puerto San Julián, Santa Cruz, en dos Boeing 707 de Aerolíneas Argentinas provenientes de Lima. El primero lo hizo en la madrugada del 23 de mayo de 1982 y, el segundo, unos días después, cuando los combates estaban a punto de terminarse.

La operación encubierta

La adquisición más osada que se hizo en Israel durante la guerra de Malvinas fue la de los Mirage IIIC, unos días antes de la rendición argentina, no sólo por su magnitud sino porque la mayoría de las aeronaves eran viejas y estaban bastante deterioradas. Tan es así que su llegada provocó resistencia entre los oficiales, que las consideraban inservibles (de hecho, ya habían sido rechazados en 1980, debido al estado en el que se encontraban).

Pero la pérdida de 35 aviones en los combates llevó a Lami Dozo a ordenar su compra, porque temían que Chile aprovechara este debilitamiento para intentar quedarse con las islas del Canal de Beagle, una vez terminado el conflicto de Malvinas. “Cuando comenzamos a tener pérdidas, empezamos a hacer una investigación para ver dónde podíamos conseguir reemplazos”, afirma el ex miembro de la Junta.

Para ese entonces, habían recibido treinta propuestas de cuanto traficante de armas había en el mundo, ya que era una oportunidad única que nadie quería desperdiciar. Luego de analizar las alternativas, concluyeron que el único proveedor posible era Jerusalén, por lo que consultaron a los miembros de la comisión que los habían revisado dos años antes.

Lami Dozo autorizó al brigadier mayor Ubaldo Díaz a realizar la operación a principios de junio, quien se contactó de inmediato con Isrex Argentina para encargarles los 23 Mirage IIIB/C.

El problema era cómo justificar la compra en medio de la guerra. La solución fue triangularlos a través de Perú. “Llené una orden de compra, que nos habían dado ellos y certificados de destino final, todos firmados en blanco, en la que decía que adquirían 23 aviones”, afirma Lotersztain.

Sólo quedaba pendiente arreglar la forma de pago, ya que había que girar primero un anticipo a Isrex y abrir una carta de crédito en un banco, por el resto, para que Israel los liberara. Esto no podía hacerlo una entidad argentina ya que eran para las FAP. Por eso, salieron en busca de alguna institución financiera de ese país o, en su lugar, de Panamá, dispuesta a brindarle este servicio. Todos se negaron.

Para solucionar el problema, Isrex utilizó una cuenta en el Credit Suisse y una empresa fantasma que tenían las Industrias Aeronáuticas Israelíes (IAI) en Suiza y le ofrecieron a la Fuerza Aérea que girara todo el dinero allí por anticipado. Si bien los brigadieres no estaban conformes con la idea, no les quedaban muchas alternativas, por lo que aceptaron la propuesta y enviaron el efectivo.

Entre idas y vueltas, los aviones recién pudieron estar listos para viajar a Buenos Aires a fines de 1982, cuando ya había terminado la guerra. Sin embargo, fueron pintados con las insignias y la numeración de la FAP para evitar cualquier tipo de problema con los ingleses.

Así, el círculo cerraba completamente: se habían adquirido con órdenes de compra peruanas y certificados de destino final en Lima y, ahora, contaban con todas las características que ellos usaban, aunque serían utilizados por la Argentina.

Fuente: laNacion.com.ar

Israel y la guerra de las Malvinas…

Alertan del “peligroso crecimiento” del antisemitismo en España

Lo revelan las encuestas y el hecho de que en 2010 se hayan cometido unos 4.000 incidentes de racismo y delitos de odio en España. Estos son algunos de los datos que se desprenden del informe elaborado por el Observatorio de Antisemitismo que detalla los actos antisemitas ocurridos a lo largo de 2010 clasificados por categorías: ataques contra las personas, contra la propiedad, en los medios de comunicación y en Internet.

También detalla los actos públicos neonazis, de banalización del holocausto, la difusión de literatura antisemita y los actos de antisemitismo cometidos por instituciones públicas y organizaciones. Así, en 2010 se denunciaron tres ataques contra personas: una agresión a un chico que vestía indumentaria judía, el envío de cartas amenazantes a la escritora Clara Sánchez -ganadora del Premio Nadal 2010 con la novela “Lo que esconde tu nombre”- y la agresión al presidente de la Federación de Comunidades Judías de España, Jacobo Israel, en la Universidad Autónoma de Madrid.

El informe detalla numerosos ataques contra la propiedad, como pintadas ofensivas a los judíos o dibujos de cruces gamadas en edificios sede de organizaciones como la Comunidad Judía de Madrid. En medios de prensa, el informe destaca columnas de opinión o viñetas en las que se comparan las decisiones del Gobierno de Israel con el holocausto o la historia de los judíos.

MÁS DE 400 WEBS ANTISEMITAS
Pero el entorno más prolífico para actos antisemitas es Internet, donde el Observatorio ha detectado más de 400 páginas de corte racista, xenófobo y antisemita, muchas de ellas de ideología neonazi o de extrema derecha. Además, a lo largo de 2010 se han celebrado más de 30 conciertos y eventos racistas y antisemitas clandestinos, y han tenido lugar incontables altercados que incluían gritos ofensivos contra los judíos.

“No es normal, hay un peligroso crecimiento del antisemitismo, que va a ir a más en un entorno de crisis económica”, ha advertido hoy el presidente de Movimiento contra la Intolerancia, Esteban Ibarra, en el acto de presentación del informe. Tanto Ibarra como Jacobo Israel han reclamado una reforma del Código Penal que permita perseguir este tipo de actos y cerrar las páginas web cuyo objetivo es “adoctrinar contra la comunidad judía”.

“España no cumple sus deberes en la lucha contra el antisemitismo”, ha denunciado Ibarra, quien ha cuestionado que se pueda condenar por difusión de ideas que justifican el genocidio a un librero de Barcelona, pero no se pueda cerrar su librería en la que comercializa obras “que suponen un menosprecio al pueblo judío y otras minorías”.

Fuente: protestanteDigital.com

Alertan del “peligroso crecimiento” del antisemitismo en España

Hitler se cortó el pelo, se quitó el bigote, huyó a España y luego a Argentina

El genocida Adolf Hitler, junto a Eva Braun y su mesnada criminal, llegó a Barcelona en las últimas horas del día 26 o primeras del 27 de abril de 1945, revela el periodista Abel Basti en «El exilio de Hitler» (Absalón Ediciones).

El escritor Abel Basti señala en «El exilio de Hitler» que el nazi murió en Argentina.

-Asegura que el führer estuvo varios días en España, en Barcelona, en Cantabria, donde se reunió con sus hombres de confianza. ¿En qué se basa?

-Sí, es así. Hitler esperó. Existen tres documentos:del servicio secreto alemán, que da cuenta de que llegó a Barcelona, procedente de un vuelo de Austria; del FBI, que indica que «el Ejército de los Estados Unidos está gastando la mayor parte de sus esfuerzos en localizar a Hitler en España»; y un tercero del servicio secreto inglés, que habla de un convoy de submarinos con los jerarcas nazi y oro saliendo con rumbo a Argentina, haciendo una escala en las islas Canarias.

-¿Hay testigos que vieron al nazi en España?

-Sí, y dieron cuenta de su presencia, como un militar de la División Azul, pero otros muchos -por temor- no quieren que aparezcan sus nombres. Un testigo importante es un nonagenario jesuita, quien se recluyó en un monasterio, y que dispone de mucha información de su presencia en España.

-Usted aporta un documento secreto alemán donde Hitler aparece como uno de los pasajeros evacuados en un avión de Austria a Barcelona ese 26 o primeras horas del 27 de abril de 1945.

-Fue una comunicación oficial secreta con copias al piloto Werner Baumbach, que emigró a Argentina y trajo consigo su copia. Baumbach, junto a otros conocidos pilotos nazis, trabajó para el proyecto aeronáutico de Perón.

-¿Qué hizo Hitler para que no le reconocieran?

-Hitler se cortó el pelo, al ras, casi pelado. Y se afeitó el bigote. Con esto fue suficiente como para pasar desapercibido; además, claro está, no se movía abiertamente en público. El corte de su bigote dejó al descubierto una cicatriz que tenía sobre el labio superior, que no era conocido por la gente común.

-¿Es falsa la versión del Tercer Reich de que el dictador se suicidó, junto a su amante Eva Braun, el 30 de abril de 1945 en un búnker en Berlín?

-Nunca hubo pruebas de esa muerte. No hay pericias criminalísticas que demuestren el suicido. El Estado alemán dio por muerto a Hitler casi once años después, en 1956, por presunción de fallecimiento. O sea que, legalmente, para Alemania, Hitler estaba vivo después de 1945. No sólo vivo, sino que además no era un hombre condenado por la justicia; no había orden de captura, ni proceso judicial en su contra. Mientras Hitler se encontraba en España, en el búnker se representaba una gran farsa, cuyo actor principal fue uno de los dobles de Hitler. Durante las últimas horas, el doble fue drogado y preparado para que representara el acto final.

-¿Piensa que el suicidio fue un «salvoconducto», mera excusa, para que Hitler pudiese huir?

-La fuga de Hitler estaba prevista en un gran plan de evasión -de hombres, capital y tecnología- preparado por los nazis. Ese plan, en 1945, tuvo luz verde de los norteamericanos, merced a un pacto secreto militar. Los miles de nazis que se pudieron fugar hacia Occidente -de los cuales unos 300.000 llegaron a Estados Unidos- fueron «reciclados» para luchar contra el comunismo. Hitler se transformó en un dinosaurio vivo, protegido y refugiado.

-En «El exilio de Hitler» incluye usted el documento de los servicios secretos británicos que revela que Hitler huyó en submarino a Argentina, con escala técnica en las Islas Canarias.

-Y dice que, antes de que el convoy de submarinos partiera de España, la Armada norteamericana retiró todas sus unidades navales del Atlántico Sur. También indica que los submarinos nazis «intercambiaron mensajes» con la flota norteamericana. Los mensajes los interceptaron los ingleses.

-¿Cómo se arrastró el gusano nazi en Argentina?

-Hitler, que llegó a Argentina con 56 años, vivió como un prófugo. Con identidad falsa y tratando de pasar lo más desapercibido posible. En los primeros años vivió en una estancia cercana a Bariloche, luego en otras partes del país, ya que cambió de residencia en más de una oportunidad. Siempre lo acompañaron dos guardaespaldas, a veces tres. Su actividad política se limitó a algunas reuniones con viejos camaradas y con algunos militares argentinos. Hitler murió en Argentina en los años sesenta; Eva Braun -más joven que él- le sobrevivió.

Fuente: abc.es

Hitler se cortó el pelo, se quitó el bigote, huyó a España y luego a Argentina

Los últimos días de Hitler en Argentina

La supuesta huída de Hitler hacia Argentina tuvo escala en Galicia. El libro El exilio de Hitler, del argentino Abel Basti, que defiende que el dictador alemán no se suicidó en su bunker de Berlín y escapó al país sudamericano, defiende que el Fürher partió desde el puerto de Vigo, donde los nazis tenían una base para sus submarinos.

Estas afirmaciones están contenidas en El exilio de Hitler, del periodista argentino Basti, que afirma poseer documentos oficiales que aseguran que el dictador estuvo en España varios días en 1945. La mayor revelación de este libro de reciente publicación en Argentina y que en junio saldrá a la venta en el mercado español, es un documento secreto alemán conseguido por el autor en su país y en el que el Führer aparece como uno de los pasajeros evacuados en un avión de Austria a Barcelona el 26 de abril de 1945.

Según la historia oficial, el líder del Tercer Reich renunció a escaparse de Berlín y el 30 de abril de 1945 se suicidó junto a su amante, Eva Braun, en el búnker construido bajo el edificio de la Cancillería, aunque sus cuerpos, incinerados, nunca fueron hallados. Basti, que hace años intenta reconstruir el derrotero de los nazis en Argentina, considera esta versión una «farsa» que se «fabricó» para dar un salvoconducto a Hitler, quien era visto como una «pieza clave» en la lucha contra el comunismo en la posguerra.

«No tengo dudas de que cuando concluía la Segunda Guerra Mundial Hitler se escapó de Alemania bajo un escudo protector de sectores de poder anglo-norteamericanos, los mismos que lo habían financiado para que, de humilde pintor, llegara a ser canciller de Alemania», aseguró el periodista
Incluso habla de la existencia de un supuesto pacto Washington-Berlín que contemplaba un plan de evacuación nazi para personas, tecnología, documentos y divisas. Para Basti, el «gran secreto» de la huida de Hitler fue la llegada de uno de sus dobles al búnker, que «tuvo ribetes dignos de una película de Hollywood» y ocurrió «al atardecer del 22 de abril de 1945».

«Ese día el verdadero Hitler voló hacia el aeropuerto austríaco de Hörsching, cercano a la ciudad de Linz, con ocho personas, entre ellas Eva Braun», precisa, y subraya la coincidencia de esta versión con el testimonio de Heinrich Müller, jefe de la Gestapo, durante un interrogatorio de la CIA. El periodista argentino sostiene que Hitler y su comitiva estuvieron cuatro días en Austria y se refiere a un hecho que considera una suerte de «pago por inmunidad»: el abandono en Linz de un tren repleto de oro robado a Hungría por los nazis.

«Más que una llamativa coincidencia, da la sensación de que se trató de una entrega pactada», subraya. Al igual que Müller, que reveló a la CIA que el Führer se había escapado a España, Abel Basti sostiene que Hitler partió hacia Barcelona el 26 de abril. En ese sentido, publica en su libro una comunicación oficial secreta según la cual Hitler encabeza la lista de pasajeros de un avión que viajó de Hörsching a Barcelona pilotado por Werner Baumbach, fallecido en Argentina en 1953.

«La presencia de Hitler en España me la confirmó un anciano sacerdote jesuita, cuya familia era amiga del jefe nazi. Y también tengo testimonios que aluden a reuniones que mantenía con su séquito en una hostería llamada Las Quebrantas, en Cantabria», afirma. De allí, prosiguió viaje hacia Vigo, donde los nazis tenían una base para sus submarinos, según confirmó el propio autor en una entrevista concedida a El Diario Montañés.

El libro incluye además un documento de los servicios secretos británicos que revela que «un convoy de submarinos nazis partió días más tarde de España y, tras una escala técnica en las islas Canarias, continuó su periplo hacia el sur argentino», con la anuencia de Estados Unidos. «En uno de esos submarinos viajaban Hitler y Eva Braun», enfatiza Basti, convencido de que la pareja desembarcó en la Patagonia entre julio y agosto de 1945, al amparo del presidente de facto Edelmiro Farrell y de Juan Domingo Perón, entonces su ministro de Guerra.

«El escape de Hitler fue exitoso. De esa manera se pudieron poner a resguardo de los comunistas el capital y los hombres. Después de ejecutada la fuga, y mientras se hacían todo tipo de conjeturas respecto a su suerte, el Führer ya podía dormir tranquilo en un alejado país suramericano llamado Argentina», concluye.

Fuente: lavozdeGalicia.es

Los últimos días de Hitler en Argentina

Los judíos abandonan Suecia

Los crímenes de odio contra los judíos se duplicaron el año pasado en la localidad sueca de Malmö. Casi ochenta personas fueron agredidas por su confesión religiosa, lo que está provocando un éxodo de esta comunidad hacia otros países.

Sólo durante el último año en Malmö, Suecia, han quemado una sinagoga que daba servicio a 700 fieles, y han profanado varios cementerios. Hombres encapuchados cantan alabanzas a Hitler cuando pasean por las calles, y los judíos de esa localidad sueca se sienten desbordados.

Judith Popinski, sobreviviente del Holocausto, llegó a Malmö hace 60 años cuando fue liberado el campo de concentración donde casi muere de tifus. Esa ciudad la recibió con grandes muestras de amabilidad y allí ha vivido con su familia felizmente hasta ahora que las cosas han cambiado. En el último año los ataques antisemitas han aumentado considerablemente y se calcula que unas 30 familias judías han dejado Estocolmo al no sentirse protegidos. La señora Popinski dijo a The Daily Telegraph que nunca pensó que volvería a ver expreso odio por los judíos y, desde luego, no en Suecia. “Este nuevo odio proviene de los inmigrantes musulmanes. El pueblo judío ahora tiene miedo”, apunta.

Los hebreos de Malmö no sólo acusan a los musulmanes, sino también a los políticos, que no protegen a los judíos. Sus críticas van dirigidas a Ilmar Reepalu, el alcalde de izquierda que ha estado en poder durante los últimos 15 años, por dejarles desprotegidos.

CULPAN A LA POLÍTICA DE ISRAEL
Reepalu está en el centro de la polémica por asegurar que el “antisemitismo desnudo” que perciben los judíos en realidad es sólo una triste, pero irremediable consecuencia de la política de Israel en Oriente Medio.

Pese a que la izquierda europea suele coincidir en este punto de vista, los judíos de Suecia consideran que una afirmación como esa alientan a los jóvenes exaltados musulmanes a acosarlos y atacarlos.

Como consecuencia de estas acciones, el futuro se pinta muy sombrío. Según una estimación que publica al diario australiano, alrededor de 30 familias judías ya se han marchado de Estocolmo para instalarse en Inglaterra o Israel y otras se están preparando para hacerlo.

La señora Popinski, de 86 años, viuda, ha sido invitada en varias ocasiones a hablar sobre el Holocauto en las escuelas y asegura que los alumnos musulmanes no le atienden cuando habla de sus experiencias en los campos de concentración. “Esto es por lo que sus padres les dicen acerca de los judíos”, dijo.

“El odio de Oriente Medio ha llegado a Malmö. Las escuelas en las zonas musulmanas de la ciudad simplemente ya no invitan a los supervivientes del Holocausto a hablar más”, asegura esta señora que vivió el horror del nazismo.

Fuente: ACPress.net

Los judíos abandonan Suecia

Las fuerzas ocultas en el Holocausto Judí­o

Les dejo un fragmento del libro titulado “El Papa de Hitler”, escrito por John Cornwell, tomado de este sitio

“El Papa de Hitler”
Por: John Cornwell

Siempre estuve convencido de que la evidente santidad de Eugenio Pacelli era una prueba de su buena fe. ¿Cómo podría haber traicionado a los judíos un Papa tan Santo?. Pedí acceso a documentos cruciales, asegurándoles a sus custodios que estaba del lado de mi investigado: en un libro titulado Un ladrón en la Noche, yo había defendido al Vaticano contra cargos del asesinato del Papa Juan Pablo I por sus pares.

Dos oficiales me permitieron acceder al material secreto: declaraciones bajo juramento que se juntaron hace treinta años para avalar el proceso de canonización de Pacelli y el archivo de la Secretaría de Estado del Vaticano. También recurrí a fuentes alemanas en relación con las actividades de Pacelli en Alemania durante las décadas del ´20 y del ´30, incluidos sus contactos con Adolf Hitler.

A mediados de 1997 me encontré en un estado de shock moral. El material que había juntado no apuntaba a una exoneración sino a una acusación aún más escandalosa.

La evidencia era explosiva, Mostraba por primera vez que Pacelli (Pío XII) era abiertamente, y según sus propias palabras, antisemita.

Pacelli llegó al Vaticano en 1901, a la edad de 24 años, reclutado para especializarse en cuestiones internacionales y derecho canónico. Colaboró con su superior, Pietro Gasparri, en la reformulación del Código de Derecho Canónico que se distribuyó en 1917 a los obispos católicos de todo el mundo.

A la edad de 41 años, ya arzobispo, Pacelli partió hacia Munich como nuncio papal para comenzar el proceso de eliminar los desafíos legales a la nueva autocracia papal y procurar un tratado entre el papado y Alemania como un todo, que reemplazará todos los arreglos locales y se convirtiera en un modelo de las relaciones entre la Iglesia Católica y los Estados.

En mayo de 1917 recorrió Alemania, destruida por la guerra, ofreciendo su caridad a gente de todas las religiones. Sin embargo, en una carta al Vaticano, reveló tener menos amor por los judíos. El 4 de septiembre le informó a Gasparri, que era cardenal secretario de estado en el Vaticano, que un doctor Werner, el rabino jefe de Munich, se había acercado a la nunciatura para rogar un favor. Con el fin de celebrar Succoth, los judíos necesitaban hojas de palmeras, que normalmente llegaban de Italia. Pero el gobierno italiano había prohibido la exportación, vía Suiza, de unas palmeras que los judíos habían comprado y que estaban retenidas en Como. “La comunidad israelita” continuaba Pacelli “busca la intervención del Papa con la esperanza de que abogue a favor de los miles de judíos alemanes”.

Pacelli le dijo a Gasparri que no le parecía apropiado que el Vaticano “los ayudara en la práctica de su culto judío”. Gasparri respondió que confiaba completamente en la “astucia” de Pacelli, coincidiendo con que no sería apropiado ayudar al rabino Werner.

Dieciocho meses más tarde reveló su antipatía por los judíos de una manera más abiertamente antisemita, cuando estuvo en el centro de una revuelta bolchevique en Munich. En una carta a Gasparri, Pacelli describió a los revolucionarios y a su líder, Eugenio Levien: “Un ejército de trabajadores corría de un lado a otro, dando órdenes, y en el medio, una pandilla de mujeres jóvenes, de dudosa apariencia, judías como todos los demás”, daba vueltas por las salas con sonrisas provocativas, degradantes y sugestivas.

La jefa de esa pandilla de mujeres era la amante de Levien, una joven mujer rusa, judía y divorciada. (…) Este Levien es un hombre joven, de unos 30 o 35 años, también ruso y judío. Pálido sucio, con ojos vacíos, voz ronca, vulgar repulsivo, con una cara a la vez inteligente y taimada.

Hitler que había logrado su primer gran triunfo en las elecciones de 1930, quería un trato con el Vaticano porque estaba convencido de que su movimiento sólo podía tener éxito si se eliminaba al catolicismo político y sus redes democráticas. Luego de su ascenso al poder en enero de 1933, Hitler hizo una prioridad de su negociación con Pacelli.

El Concordato del reich le garantizó a Pacelli el derecho a imponer un nuevo Código de Leyes Canónicas sobre los católicos de Alemania. A cambio, Pacelli colaboró en el retiro de los católicos de la actividad política y social. Luego Hitler insistió en la disolución “voluntaria” del Partido Central Católico Alemán!.

Los judíos fueron las primeras víctimas del Concordato: luego de su firma, el 14 de julio de 1933, Hitler dijo a su gabinete que el tratado había creado una atmósfera de confianza “especialmente significativa en la lucha urgente contra el judaísmo internacional”. Aseguraba que la Iglesia Católica le había dado su bendición pública, en el país y afuera, al nacionalsocialismo, incluida su posición antisemita.

Durante los años ´30, a medida que el antisemitismo nazi crecía en Alemania, Pacelli no se quejó ni siquiera en nombre de los judios convertidos al catolicismo: para él, era cuestión de política interna.

En enero de 1937, tres cardenales y dos obispos alemanes viajaron al Vaticano para pedir una vigorosa protesta contra la persecución nazi de la Iglesia Católica, a la que se le habían suprimido todas las formas de actividad con excepción de los servicios religiosos. Finalmente, Pío XI decidió lanzar una encíclica, escrita bajo la dirección de Pacelli (futuro Pio XII), donde no había ninguna condena explícita al antisemitismo.

En el verano de 1938, mientras agonizaba, Pío XI se preocupó por el antisemitismo en Europa y encargó la redacción de otra encíclica dedicada al tema. El texto que nunca vió la luz del día, se descubrió hace poco. Lo escribieron tres jesuitas, pero presumiblemente Pacelli estuvo a cargo del proyecto. Se iba a llamar Humani Generis Unitas (La unión de las raza humana) y, a pesar de sus buenas intenciones, está lleno de una antisemitismo que Pacelli había mostrado en su primer estadía en Alemania. Los Judíos, dice el texto, eran responsables de su destino, Dios los había elegido, pero ellos negaron y mataron a Cristo. Y “cegados por su sueño de triunfo mundial y éxito materialista” se merecían “la ruina material y espiritual” que se habían echado sobre sí mismos.

El documento advierte que defender a los judíos como exigen “los principios de humanidad cristianos” podría conllevar el riesgo inaceptable de caer en la trampa de la política secular. La encíclica llegó a los jesuitas de Roma a fines de 1938; hasta el día de hoy, no se sabe por qué no fue elevada a Pío XII, Pacelli, convertido en Papa el 12 de marzo de 1939, sepultó el documento en los archivos secretos y les dijo a los cardenales alemanes que iba a mantener relaciones diplomáticas normales con Hitler.

Pacelli conoció los planes nazis para exterminar a los judíos de Europa en enero de 1942. Las deportaciones a campos de exterminio habían comenzado en diciembre de 1941. A lo largo de 1942, Pacelli recibió información confiable sobre los detalles de la solución final provista por los británicos, franceses y norteamericanos en el Vaticano.

El 17 de marzo de 1942, representantes de las organizaciones judías reunidos en Suiza le enviaron un memorándum a través del nuncio papal en Berna, donde detallaban las violentas medidas antisemitas en Alemania, en sus territorios aliados y en zonas conquistadas. El memo fue excluido de los documentos de la época de la guerra que el Vaticano publicó entre 1965 y 1981.

En septiembre de 1942, el presidente norteamericano Franklin Roosevelt envió a su representante personal, Mylon Taylor, a que le pediera a Pacelli una declaración contra el exterminio de los judíos. Pacelli se negó a hablar porque debía elevarse sobre las partes beligerantes.

El 24 de diciembre de 1942, finalmente, Pacelli habló de “aquellos cientos de miles que, sin culpa propia, a veces sólo por su nacionalidad o raza, reciben la marca de la muerte o la extinción gradual”. Esa fue su denuncia pública mas fuerte de la solución final.

Pero hay algo peor. Luego de la liberación de Roma, Pio XII pronunció su superioridad moral retrospectiva por haber hablado y actuado a favor de los judíos. Ante un grupo de palestinos, dijo el 3 de agosto de 1946:

“Desaprobamos todo uso de fuerza (…) como en el pasado condenamos en varias ocasiones las persecuciones que el fanatismo antisemita infligió al pueblo hebreo.” Su autoexculpación grandilocuente un año después del fin de la guerra demostró que no sólo fue Papa ideal para la solución final nazi, sino que también un hipócrita.

¿Qué dicen los nuevos documentos?

La nueva evidencia que recopilé muestra que:

* La asombrosa antipatía de Pacelli por los judíos venía de 1917, lo cual contradice que sus omisiones fueron hechas de buena fe y que “amaba” a los judíos y respetaba su religión.
* Pacelli le reconoció al Tercer Reich que sus políticas antisemítas eran asuntos internos de Alemania. El Concordato entre Hitler y el Vaticano creó un clima ideal para la persecución de los judíos.
* Pacelli no avaló la protesta de los obispos católicos alemanes contra el antisemitismo.
* Pacelli intentó mitigar el efecto de las encíclicas de Pío XI al darle garantías diplomáticas privadas a Berlín, a pesar de conocer la abierta persecución de los judíos.
* Pacelli estaba convencido de que los judíos se habían procurado su suerte: intervenir a su favor sólo podía llevar a la Iglesia hacia alianzas con fuerzas hostiles al catolicismo.

Las fuerzas ocultas en el Holocausto Judí­o