La congregación metodista Sola Gracia Dilarang Beribadah, localizada en la provincia de Banten (anteriormente parte de la Gran Yakarta), Indonesia, tuvo que suspender su culto dominical por presión de una multitud enfervorizada y agresiva que irrumpió en su salón; esta acción es parte de una presión de grupos civiles contra comunidades evangélicas.
El pasado 22 de junio un grupo de personas montadas en 20 motocicletas llegaron a la iglesia durante el culto para pedir que pararan el servicio dominical. Según informes, el grupo gritaba: “¡Esta es una iglesia, quemémosla!”
La congregación evangélica usa un “ruko” (almacén-casa) para sus cultos dominicales. La turba también irrumpió en algunos cultos más que se celebraban en otros lugares del mismo vecindario.
Después de una dura negociación, se les permitió terminar su culto. Este es el segundo incidente que sufre esa comunidad, y todo, según argumentan, porque no tiene los permisos necesarios.
Lo mismo ocurrió también hace algunos meses con una congregación en Bandung Timur (provincia de Java Occidental). Y en diciembre, un grupo de mujeres metodistas tuvieron que posponer su servicio médico gratuito para la comunidad en Parung Panjan (también en Bantem), porque había un rumor que decía que ellas intentaban evangelizar a las personas a través del servicio comunitario.
Paw Liang, líder de la comunidad Sola Gracia asegura que procesarán el permiso de culto inmediatamente después de la conferencia anual a principios de julio, junto con otras congregaciones del distrito 3.
En realidad, la nueva reglamentación favorece a las iglesias pero a veces el pueblo tiene el poder y no el gobierno, y ante esto, no es mucho lo que la policía puede hacer.
Fuente: ALC / ACPress.net