<div class="mceTemp"><dl id="attachment_12" class="wp-caption alignleft" style="width: 260px;"> <dt class="wp-caption-dt"><a href="http://www.papadecime.com/wp-content/uploads/2008/11/padre-e-hijo.jpg"><img class="size-medium wp-image-12" title="Instruye a tus hijos" src="http://www.papadecime.com/wp-content/uploads/2008/11/padre-e-hijo.jpg" alt="Instruye a tus hijos" width="250" height="167" /></a></dt> </dl></div> La Biblia indica que los padres debemos instruir a nuestros hijos, de tal manera que<strong> esa intrucción quede impregnada en ellos a lo largo de toda su vida</strong>, y que incluso llegue hasta la senectud (Pr. 22:6). Dicha instrucción debe ser completa, es decir, debe atender el aspecto físico, emocional y espiritual de los hijos, porque, lamentablemente, muchos solo se enfocan en el aspecto intelectual y dejan por un lado lo emocional y sus hijos crecen con un alto déficit de amor, no digamos el aspecto espiritual. En el libro de Proverbios encontramos varios parámetros que nos ayudan a la tarea de educar/criar a los hijos, veamos: – Instrucción (Pr. 22:6), se traduce del hebreo "muwcar" que significa: <strong>reprensión</strong>, reconvenir y advertencia. La base de la educación de los hijos es la <strong>explicación adecuada y repetitiva</strong> (Fil. 3:1) para sembrarles la Palabra de Dios y guiarlos en caminos correctos. – Corrección (Pr. 16:6), se traduce de "yacar" que significa: castigar figuradamente con palabras. Su propósito es corregir el mal camino que el hijo está llevando para evitar que se desvíe, esto evita que el hijo continúe equivocándose e incluso lo librarlo de la muerte (Pr. 19:18; 29:17,19; 5:23 RV60) La Biblia muestra ejemplos de padres que no corrigieron a sus hijos y las consecuencias que éstos vivieron: David – Amnon (2 S. 13:1-7), Elí – sus hijos (1 S. 3:27-29) – Disciplina (Pr. 13:24), se traduce del hebreo "yakuh" que significa: <strong>razonar acerca de</strong>, discutir y decidir. La disciplina se aplica a los hijos luego que se les ha instruido y corregido, pero ellos no responden adecuadamente. Se utiliza reduciendoles ciertas libertades, eliminándoles privilegios, poniéndoles prohibiciones, etc.; en Hebreos 12:5-12 vemos que Dios le aplica la disciplina a sus hijos para no juzgarlos con el mundo. – Castigo (Pr. 19:18), se traduce del hebreo "wakah" que significa: golpear y pegar. Este va dirigido al cuerpo, e implica el uso de la vara sobre los hijos; el castigo debe ser administrado con amor, pues el propósito es corregir a los hijos y no lastimarlos.