<img class="alignleft" style="margin-right: 10px; border: 1px solid #555555;" src="http://www.masnobles.net/imagenes/divorcio.jpg" alt="" width="300" height="175" />Los matrimonios duran menos que los preparativos para concretarlo. “Estamos ante una ola de divorcios jóvenes”, coinciden los abogados especializados y los juzgados civiles con competencia en familia consultados por Clarín . Es que las parejas que se divorcian ahora son muy jóvenes, en general no tienen hijos –si los tienen son bebés de meses–, y llevan tan poco tiempo de casados, que en muchos casos no llegan a los tres años que pide la ley para comenzar el divorcio. Cuando arrancó la década del 90 –poco después de la sanción de la ley de divorcio vincular– la mayoría de los matrimonios que se separaban llevaban más de 20 años juntos y tenían hijos grandes. A comienzos de 2000, los abogados de familia ya decían que se estaban divorciando parejas más jóvenes, de entre 30 y 40 años, que no superaban una década bajo el mismo techo y criaban hijos pequeños. Ahora, los especialistas aseguran que muchos matrimonios duran lo que un suspiro. “Nos estamos encontrando con situaciones que hace 10 años no pasaban: el vínculo se rompe muy pronto”, confirma el abogado de familia Osvaldo Ortemberg. “Sí, el divorcio llega con matrimonios más cortos. Y muchas de las consultas que recibimos son porque las parejas no llegan a cumplir el plazo legal de 3 años de casados que establece la ley para divorciarse, si es que la pareja lo pide en forma conjunta”, apunta Viviana Hoffman, directora del Club de las Divorciadas, que brinda asesoramiento legal a mujeres. Los registros judiciales indican que la mayoría de los divorcios se terminan resolviendo de común acuerdo . “La separación está cada vez menos relacionada con el estereotipo de un hecho conflictivo”, analiza Hoffman. Y los números lo demuestran: en 2002 en los juzgados porteños se tramitaron 3.724 divorcios de común acuerdo y siete años después, en 2009, la cifra creció un 40%: llegó a 5.143, según las estadísticas de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil. Los expedientes que se apilan en los estudios jurídicos y los juzgados corresponden a divorcios jóvenes, resultado de una tendencia que se acentúa, sobre todo en las ciudades: los matrimonios son cada vez más fugaces. ¿Por qué las parejas deciden que cada uno siga su camino cuando apenas han transcurrido pocos meses –en el más vertiginoso de los casos–, o un puñado de años –si la paciencia ayudó a estirar el tiempo de la convivencia– desde que dieron el sí en el Registro Civil y/o en el altar? “Si al poco tiempo de casados hay una ruptura es porque falló el amor, o bien, porque no había amor. Antes, 10 ó 20 años atrás, las parejas se daban más oportunidades. En muchos casos lo hacían por los hijos, tenían otra mentalidad ”, opina Ortemberg. En la visión de la abogada de familia Haydée Birgin, que preside la ONG Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA), hoy en las parejas son las mujeres quienes motorizan las separaciones y eso significa que “hemos crecido, nos estamos sacando un pie de encima”, evalúa. Y explica: “En general, son chicas jóvenes, de 30 y pico, independientes, que estudiaron, son profesionales y aspiran a tener otro lugar en la familia y en la sociedad, algo que ya no encaja con el modelo que se estructuró con nuestras madres y abuelas”. Birgin destaca que estas mujeres “ponen límites, buscan un matrimonio más equitativo, con responsabilidades compartidas y son menos sumisas. Ahora no hay condena social para quienes deciden separarse; antes las parejas no se animaban y esperaban por los hijos, aguantaban más, hasta la infidelidad”. Fuente: http://www.clarin.com/sociedad/titulo_0_371962897.html